La Pascua de este año está marcada por un peculiar contexto de confusión y de dolor, ampliamente conocido y comentado por la opinión pública, señala el prelado.
El arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, aprovechó su mensaje de Pascua de Resurrección para referirse nuevamente a los casos de abusos cometidos al interior de la Iglesia Católica, afirmando que por todas partes nos aprietan, pero no nos aplastan.
La Pascua de este año está marcada por un peculiar contexto de confusión y de dolor, ampliamente conocido y comentado por la opinión pública, señala monseñor Ezzati.
Como la primera comunidad de Corinto, también nosotros, en medio del desconcierto de la prueba, experimentamos el consuelo de Dios: por todas partes nos aprietan, pero no nos aplastan, precisó la autoridad religiosa.
Agregando que andamos con graves preocupaciones, pero no desesperados; somos perseguidos, pero no desamparados; derribados, pero no aniquilados; siempre y en todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús, para que también en nuestro cuerpo se manifieste la vida de Jesús.
En el mensaje proferido por monseñor Ezzati en la Catedral Metropolitana, destacó que la Pascua de Jesús nos invita a redoblar la confianza y el abandono filial en las manos de Dios, que siempre salva a su pueblo. También nos invita a asumir su mismo amor solidario. La Pascua de Jesús evidencia también un método, un estilo de compromiso con quienes sufren.
