«Tenemos que abrirnos a ver cualquier posibilidad que signifique bajar estos niveles de contaminación», sostuvo el ministro de Salud.
El ministro de Salud, Jaime Mañalich, hizo un nuevo llamado al Gobierno para que considere la posibilidad de aplicar restricción permanente a los vehículos catalíticos para combatir la contaminación ambiental en la capital.
En entrevista con Radio Cooperiva, la autoridad dijo que «yo he hecho un llamado dramático a los miembros del gabinete y a todo el Gobierno a entender que el precio que estamos pagando por este nivel de contaminación es un precio de salud extraordinariamente grave: es riesgo de vida para nuestros niños y sufrimiento para nuestras familias».
«Tenemos que abrirnos a ver cualquier posibilidad que signifique bajar estos niveles de contaminación», agregó la autoridad.
Las ministras de Medio Ambiente y de la secretaria general de Gobierno, María Ignacia Benítez y Ena von Baer, rechazaron la idea planteada por el ministro de Salud.
Al respecto, el Presidente del Senado, Guido Girardi lamentó las declaraciones de la ministra Benítez, señalando que “justamente la ministra de Medio Ambiente quien debiera preocuparse de generar un plan de descontaminación eficaz que modifique los incentivos de localización hacia las regiones, que proponga un nuevo modelo predictivo que incorpore variables biomédicas-ya que el actual falla la mitad de las veces- exponiendo a los habitantes más pobres a altísimos riesgos para la salud y definir una reducción de las fuentes fijas y móviles”
Llamó a la secretaria de Estado a que “se asesore para que no sea ella quien promueva la desinformación de que los autos catalíticos no contaminan, ya que si bien estos no producen PM 10, sí están dentro de los principales responsables de la producción de PM 2.5 y ozono”. El Senador explicó que los N.O.X que salen por el tubo de escape al entrar en contacto con el aire, precipitan en PM2.5 y si hay sol, a través de una reacción fotoquímica, generan ozono, siendo estos los contaminantes más tóxicos y peligrosos para la población.
“Hace notable abandono de deberes y más bien parece que nuevamente se priorizan intereses económicos por sobre la salud y calidad de vida de la población”, concluyó.
