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Álvaro Varela, el abogado que inspiró el personaje de Benjamín Vicuña en «Los Archivos del Cardenal»

Trabajó desde 1974 en el Comité Pro Paz, debió lidiar con los ideales de derecha de sus padres, fue detenido y torturado por agentes de la DINA y mantuvo un pololeo con una joven del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR). Un reportaje de la UDP y Ciper Chile entrega detalles de este profesional cuyo perfil es el que más se asemeja al joven Ramón Sarmiento de la exitosa serie de TVN.


Ramón Sarmiento es el nombre del joven abogado de la Vicaría de la Solidaridad que en la serie Los Archivos del Cardenal interpreta el actor Benjamín Vicuña.

Se trata de un personaje inspirado en varios profesionales que se desempeñaron en la entidad de la Iglesia Católica que defendió a quienes sufrieron violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar.

Sin embargo, un reportaje de la periodista Alejandra Matus, publicado por la Universidad Diego Portales y Ciper Chile, sostiene que el perfil de Sarmiento se asemeja al del abogado Álvaro Varela Walker, quien en 1974 comenzó a trabajar como asesor del Comité Pro Paz, que fue creado por el cardenal Raúl silva Henríquez.

De hecho, al igual que Sarmiento en la exitosa serie de TVN, Varela debió lidiar con las ideas de derecha de sus padres, pololeó con una militante del MIR y fue detenido y torturado por agentes de la disuelta Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).

En el reportaje, el propio Varela recuerda el difícil trabajo que le tocó desempeñar. “En el Poder Judicial nos iba mal en casi todo, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que las acciones que emprendíamos salvaron la vida de miles de personas”.

“En los Consejos de Guerra, por ejemplo, se logró conmutar las penas de gran cantidad de prisioneros que iban derecho a la pena de muerte”, agregó, indicando que “conocimos los relatos de muchos ex prisioneros que escuchaban frases como: ‘Suave con éste que la Vicaría ya puso el amparo’”.

También indicó que presentaban por lo menos 20 recursos diarios y que los abogados del Comité alegaban en todas las salas de las cortes de Santiago.

“La mayoría de los ministros eran unos lacayos de la dictadura. Nos hacían gestos de desagrado cuando nos veían llegar a los alegatos y nos volvían la espalda. Recuerdo un caso en que acompañé a Marcos Duffau. Como era costumbre, le pusieron el expediente sobre la mesa para que tuviera a la vista los antecedentes que usaría en su argumentación. Cuando lo abrió, encontró la sentencia ya redactada. Los jueces habían decidido rechazar su presentación antes de oírlo”, relató.

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