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El desierto de Atacama aguarda al Dakar tras suspensión obligada por la nieve

La séptima etapa tendrá 419 kilómetros de especial divididos en dos partes claramente diferenciadas. Los primeros 143 irán por pistas arenosas y el resto por las majestuosas dunas del desierto.


«Es curioso que una carrera de desierto se tenga que modificar por la nieve». La frase es del español Joan ‘Nani’ Roma y resume perfectamente las impresiones de los pilotos del Dakar.

La etapa de este viernes, entre la localidad argentina de Fiambalá y la ciudad chilena de Copiapó, tenía algunas características que la convertían en una jornada particular.

Era el día del cruce de Argentina a Chile. También del primer chapuzón en el desierto de Atacama, el hábitat natural del Dakar.

Pero los organizadores del rally decidieron a última hora del jueves suspenderla porque consideraron que la nieve y el agua que había caído en el paso San Francisco, un punto fronterizo en plena cordillera de los Andes, resultaba demasiado peligroso para los participantes.

Se estableció que todos los vehículos recorrerían los 641 kilómetros de la etapa en convoy y un poco más tarde de lo habitual, para que el estado de la carretera mejorara y las autoridades chilenas la abrieran al tránsito.

Esto convirtió la etapa en un largo paseo por los bellos paisajes montañosos y postergó hasta mañana el primer encuentro con el desierto más árido del planeta.

«Ha sido un día atípico porque corta la rutina de cada día, pero estamos preparados para el sábado», dijo ‘Nani’ a Efe. «En el Dakar ha pasado de todo, pero aún no había sucedido algo así», agregó.

Cada piloto pasó la maratoniana jornada a su manera pero todos salieron bien abrigados para combatir las gélidas temperaturas en el paso fronterizo, que llegaron a ocho grados bajo cero.

«Cuando me toca un enlace tan largo trato de coger un buen ritmo y no parar demasiado porque luego se me hace eterno», explicó el piloto de motos español Marc Coma (KTM), a quien el hambre le hizo dar gas para llegar cuanto antes al campamento.

«Hemos parado lo mínimo. Al final ya teníamos hambre y hemos apretado un poco más para llegar antes», añadió.

Coma, que marcha segundo en la clasificación a diez minutos del francés Cyril Despres (KTM), disfrutó de lo lindo con el paisaje andino.

«Es precioso. Cada año que paso por ahí lo encuentro igual de impresionante. Es un lugar muy especial y me gustaría perderme alguna vez por ahí», dijo.

El chileno Francisco ‘Chaleco’ López (Aprilia), visiblemente contento por llegar a su país, alardeaba de la belleza de la geografía chilena. «Mi país es muy lindo, ya lo ven. ¡Bienvenidos!»; soltó a un grupo de periodistas extranjeros.

Un poco más tarde fueron llegando los autos. ‘Nani’ Roma contó que para hacer el paseo más ameno había escuchado música en el Mini junto a su copiloto Michel Perin.

El catarí Nasser Al-Attiyah (Hummer), en tanto, aprovechó para conversar largo y tendido con su copiloto, el español Lucas Cruz. «No me gusta escuchar música en el auto, prefiero hablar con Lucas», confesó a Efe.

La competición regresa este sábado con uno de los platos fuertes del Dakar, el habitual trazado en bucle por los alrededores de Copiapó, en el corazón del desierto de Atacama.

Será la primera prueba de fuego para Cyril Despres, que lidera la carrera en motos, y para su compatriota Stéphane Peterhansel (Mini), que hace lo mismo en autos, aunque con una pequeña ventaja sobre el polaco Krzysztof Holowczyc y ‘Nani’ Roma, ambos también al volante de un Mini.

La séptima etapa tendrá 419 kilómetros de especial divididos en dos partes claramente diferenciadas. Los primeros 143 irán por pistas arenosas y el resto por las majestuosas dunas del desierto.

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