Múltiples son las especulaciones que se hacen en el oficialismo a raíz del duro discurso con el que el jefe de gabinete de la administración de Sebastián Piñera, lejos de todo pronóstico, inició su tercer año en el cargo. Aunque la primera lectura al interior de la coalición es que el titular de Interior estaba arengando a sus huestes, pensando en los comicios de octubre, también está la tesis de que el foco del gobierno está más bien puesto en las presidenciales.
A casi ocho meses de las elecciones municipales, en el oficialismo están preocupados. Sobre todo quienes tienen la convicción de que ganar estos comicios es fundamental para aspirar a un segundo período de la derecha en el gobierno. Algo en lo que no parece haber consenso. Pero todos creen haber percibido la señal de inicio de la campaña de boca ni más ni menos que del propio ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter Kirberg. Tras el receso estival, el jefe del gabinete del gobierno de Sebastián Piñera, optó por apuntar directo a la ex Presidenta Michelle Bachelet, acusándola implícitamente de no asumir las responsabilidades políticas que, a su juicio le competen, en la forma como se enfrentó el terremoto y posterior tsunami del 27 de febrero del 2010.
El titular de Interior afirmó que más allá de las responsabilidades que se busca resolver en los Tribunales de Justicia, “a la comunidad política le corresponde hacer juicios y planteamientos sobre la responsabilidad política”, con lo que validó, también de forma indirecta, los ataques que desde el oficialismo estaba recibiendo la ex mandataria. Acto seguido, advirtió que las mentadas responsabilidades políticas “se hacen nítidas en las elecciones”. Frase clave para quienes se hicieron la convicción de que con ello la autoridad política estaba dándole el vamos a las municipales. Lo que fue complementado con lo que algunos percibieron como una especie de arenga, cuando Hinzpeter insiste en que: “vamos a tener elecciones en dos años más y nuevamente los ciudadanos, incorporando las responsabilidades políticas de este tipo de situaciones y muchas otras cosas, van a resolver si quieren que siga gobernando la Coalición por el Cambio o que vuelva la Concertación”.
A partir de ese momento, al interior del oficialismo, empezó a recorrer la idea de que el titular de Interior tomaría las riendas de las elecciones municipales. Y que, de alguna manera, estaba advirtiendo cuál será el foco de atención del gobierno, a partir de ahora y hasta el 28 de octubre. La idea surge a partir del hecho de que en La Moneda aseguran que este año, Hinzpeter va a cumplir con “el rol político que le correspondió siempre a su cargo”. En ese mismo contexto, para algunos resulta natural que sea quien conduzca políticamente la campaña de los comicios municipales.
En el gobierno descartan de plano tal posibilidad, asegurando que no quieren que ocurra lo mismo que en administraciones anteriores. Recuerdan que la Alianza acusó “de intervención electoral las veces que quisimos a la Concertación. No podemos caer en lo mismo”. Aunque no desconocen el hecho de que “es razonable” que las coaliciones gobernantes “legítimamente” pueden generar un discurso común y único a sus representantes, en marco de “tal o cual elección, con el fin de que asegurar mantenerse en el poder”. “Eso es normal”, asegura un observador de Palacio: “ninguna coalición no aspira a crecer y mantenerse en el poder. Lo importante es que no sea sólo por acumular poder, sino porque hay proyectos de bien común que es necesario realizar y que no es posible hacerlo en tan poco tiempo”.
Hay quienes, con una mirada más objetiva, parten por descartar que Hinzpeter pueda encabezar las municipales, “no por falta de capacidad, sino porque no genera las confianzas necesarias para eso en la UDI. Algo similar pasaría si se dijera que lo hará Andrés Chadwick, tampoco genera confianza en RN para que se le entregara ese liderazgo”, explica un observador de la coalición. Aunque en RN admiten que el trabajo de liderar una campaña “es la pega que a Hinzpeter le gusta hacer. Y tal como resultó con la campaña presidencial de Piñera, claramente no lo hace mal”. De hecho, hace meses se especulaba en la tienda de Antonio Varas respecto del hecho de que el titular de Interior “debe estar hasta la tusa con el tema de la delincuencia, porque lo que a él le gusta más la cosa política”, pese a que esta visión contrastaba con el hecho de que cuando el mandatario lo instó a asumir de lleno su labor política al interior del gabinete, no lo hizo.
[cita]“Lo que está haciendo es crearle a la Concertación, comunicacionalmente, un 11 de septiembre. Así como a nosotros nos echan en cara el golpe de Estado o pronunciamiento —como se le quiera llamar—, a partir de ahora la Concertación tendrá su 27/F, que también dejó llanto, muerte y desolación”.[/cita]
Si bien, el ministro está enviando todas las señales de que va a asumir como el jefe político del gobierno, habiendo elegido a Bachelet como su enemiga pública, no todos en Palacio, y menos en el oficialismo, coinciden con que con que el discurso acerca de las responsabilidades políticas sea bueno para afrontar las próximas elecciones municipales. Y tampoco ven tan claro que centrándose en la ex Presidenta se logre minar su popularidad. “Las elecciones municipales son distintas a todas las demás”, insiste una fuente de Palacio. Y agrega que las elecciones de los votantes “apuntan a cosas mucho más simples de las que se analizan, a veces, desde el poder central. La gente elige un candidato porque confía en que va a mejorar la situación de la comuna. Que va a tener las calles limpias, en fin”.
Desde ese punto de vista, en la Alianza circula una tesis diferente respecto del nuevo discurso del jefe de gabinete. Están los que creen que Hinzpeter “no está pensando en las municipales, está pensando en las presidenciales. Y lo que está haciendo es crearle a la Concertación, comunicacionalmente, un 11 de septiembre. Así como a nosotros nos echan en cara el golpe de Estado o pronunciamiento —como se le quiera llamar—, a partir de ahora la Concertación tendrá su 27/F, que también dejó llanto, muerte y desolación. Y se les exigirá que sean ellos los que carguen con los muertos del terremoto”. Y, sin duda, la principal responsable se llama Michelle Bachelet y está en la ONU Mujeres, donde el oficialismo espera que se quede por mucho tiempo. Según la misma tesis, lo que se busca con la ofensiva concertada de la Alianza en su contra, es que la ex mandataria permanezca en el extranjero y descarte cualquier posibilidad de volver a postular a la Presidencia de la República.
Para un representate de la coalición oficialista, lo que Hinzpeter está tratando de hacer “es instaurar una suerte de relato, lo que en su momento fue eso de plantear que los gobiernos de la Concertación eran corruptos y que resultó, porque de lo contrario no habríamos llegado a La Moneda”. Y de paso el mensaje para la ex Presidenta Bachelet está clarito y sin miramientos: “Si usted quiere volver, puede hacerlo. Pero la va a pasar pésimo. Vamos a ser igual de duros con ella que con (Ricardo) Lagos”.
Esta tesis cobra sentido, cuando en el oficialismo plantean que Piñera “no está tan convencido de que necesariamente haya que ganar las municipales para ganar las próximas elecciones presidenciales”. Ello, porque según sostiene un parlamentario, “lo cierto es que nosotros no ganamos casi ninguna municipal desde el ‘92 hasta ahora y no veo por qué necesariamente tengamos que ganar ahora para seguir en La Moneda”. Por eso, se interpreta que el ministro del Interior está más enfocado en la presidencial, ya que “si de aquí a dos años este gobierno no lo ha hecho tan bien, pero tampoco tan mal y, además, el país ha avanzado, con un relato como el de Hinzpeter podemos volver a ganar la Presidencial”, agrega el mismo legislador.