«Aún más de la mentira con engaño —en la expresión de San Agustín— o, al menos, de la mentira por grave omisión», sostuvo el académico. Palabras que se suman a las críticas planteadas por Margarita Krebs, cabeza de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), quien asistió este miércoles a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados para precisar sus dichos.
«El Museo de la Memoria es más bien un museo de la mentira y, aún más, de la mentira con engaño —en la expresión de San Agustín— o, al menos, de la mentira por grave omisión», sostuvo el director del Instituto de Filosofía de la Universidad Gabriela Mistral, Fernando Moreno, a través de una carta enviada a La Tercera.
Las escuetas palabras expresadas por quien fuese uno de los principales defensores del sacerdote Fernando Karadima, se enmarcan en la polémica que provocaron una serie de cartas publicadas en El Mercurio en torno al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos.
Una de ellas, la enviada por la directora de la Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) Magdalena Krebs, quien dijo que «la opción que tomó el museo en cuestión, de circunscribir su misión sólo a las violaciones a los Derechos Humanos, sin proporcionar al visitante los antecedentes que las generaron, limita su función pedagógica».
Agregando: «Una visión incompleta de los hechos hace difícil la comprensión del mensaje y lo desvincula de la responsabilidad de cada uno de nosotros para con el sistema democrático (…) el museo «debiera contribuir a la armonía de la sociedad (…) a la luz de la contingencia que vivimos hoy, sería una gran contribución que el museo explicara los hechos anteriores al golpe, pues pondría una nota de atención sobre los límites, la necesidad de cuidar las formas y los procedimientos democráticos».
Con la intención de aclarar sus dichos, la directora de la Dibam estuvo este miércoles en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, lugar donde insistió en que el museo “debe evaluar cómo está entregando su mensaje. En ese sentido, creo que el museo puede mejorar su calidad pedagógica”.
La respuesta por parte del Museo de la Memoria, en voz de su director, Ricardo Brodsky, no se hizo tardar: «Ella insiste en que el tratamiento del contexto puede ayudar a comprender el golpe de Estado y la violación de los DDHH. El problema es que la línea divisoria entre comprender y justificar es muy fina”.
“El museo realiza visitas guiadas. Luego se hacen talleres, donde se buscan objetivos pedagógicos (…) la crítica de Krebs es una mirada superficial de nuestra labor”.
En tanto, el titular de Educación, Harald Beyer, dio un espaldarazo a Magdalena Krebs señalando que “ella dejó en claro que el contexto no justifica las violaciones a los derechos humanos, y yo estoy satisfecho con esa explicación. Ha hecho un buen trabajo. Tiene mi confianza y la del gobierno”.
