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Ex profesora del Cumbres confirma que John O’Reailly acostumbraba a «sacar niñitas» de las salas de clases

Vivianne Litvack dijo que le parecía extraña la costumbre que tenía el religioso de invitar a algunas pequeñas a tomar desayuno ofreciéndoles «té y galletitas», sin importarle que estuvieran rindiendo una prueba o en medio de alguna materia, bajo el argumento que con él «aprendían más que en una sala de clases». Su versión se ajusta a lo que la semana pasada dijo el abogado querellante Mario Schilling, respecto a que el cura «tenía sus favoritas».


Una ex profesora del Colegio Cumbres, donde el sacerdote John O’Reailly ejercía como asesor espiritual hasta que fue acusado de abusar sexualmente de una pequeña de seis años, confirmó la costumbre que tenía el religioso de sacar selectivamente a niñas de sus salas de clases.

El mismo antecedente lo dio a conocer la semana pasada el abogado Mario Schilling luego que reventara el escándalo por la denuncia contra quien también aparecía como el vocero en Chile de la congregación de los Legionarios de Cristo.

En esa oportunidad Schilling, quien representa a la familia de la supuesta víctima, dijo que el cura tenía «sus favoritas».

«Como parte de su funcionamiento, (O’Reilly) retira a menores de edad para realizar algún tipo de actividad espiritual privada con ellas. En ese contexto, lo que relata la menor y de acuerdo con el testimonio que tengo de una de las profesoras del establecimiento, el padre tenía favoritas que iba retirando constantemente para sus actividades espirituales”, dijo el profesional.

Y este antecedente fue confirmado también por la profesora Vivianne Litvack, quien hace nueve años hizo clases en el exclusivo establecimiento privado.

La docente dijo en una entrevista con CNN Chile que le llamaba la atención esta costumbre, y que incluso en un comienzo varias veces se negó a dejar que las niñas fueran con el O’Reailly.

“Las invitaba a tomar desayuno, ‘les tengo té, galletitas’  y él me decía que las llevaba porque las niñitas aprendían mucho más con él que en una sala de clases».

Asimismo, afirmó que al religioso poco le importaba interrumpir pruebas o interrrumpirla cuando pasaba algunas materias.

«Las primeras veces se lo negué diciéndole ‘padre estoy pasando materia’… para mí era complicado», señaló, agregando que tampoco sabía donde las llevaba.

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