«El Estado tiene que ser el primer responsable y encargado de resolver el problema, tiene que buscar entre todas las instituciones cómo ayudar a solucionar el problema», sostuvo el vicepresidente del organismo, Juan Manuel Zolezzi.
El vicepresidente del Consejo de Rectores, Juan Manuel Zolezzi, entregó las razones por la cual las universidades tradicionales se niegan a recibir de forma masiva a los alumnos de la Universidad del Mar.
En entrevista con Radio Cooperativa, el rector de la USACh respondió a la petición formulada por el Ministerio de Educación señalando que los miembros del Cruch se abrieron a analizar «caso a caso» la situación de cada estudiante del cuestionado plantel.
«Varios componentes; uno de ellos es la capacidad física. Por ejemplo, nuestra universidad, la Universidad de Santiago, este año va a disminuir en aproximadamente 400 el número de vacantes para alumnos de primer año, y eso por un problema de capacidad», indicó el rector.
Agregando que «todas las instituciones están desarrollándose al máximo de sus capacidades en términos de laboratorios, bibliotecas y salas de clase (…) todos sabemos que los puntajes en la Universidad del Mar y en otras universidades privadas son bajos. El promedio de los puntajes va del orden de los 400 a los 500 puntos (en la PSU), y el mínimo que tiene el Consejo de Rectores es de 475 puntos, pero las universidades más grandes seleccionan sobre 600 puntos, y eso habla, obviamente, de un problema de ingreso».
«Tercero, hay un problema de calidad de contenidos, de ‘paso’ de contenidos. Por eso cada situación tiene que resolverse caso a caso, no genéricamente. Cuando hacemos un proceso de admisión meritocrático, como el que tiene el Consejo de Rectores, significa que hay alumnos que quedan afuera con 700 puntos, con 750 puntos… ¿Qué le decimos a ellos ahora si por cualquier situación empezamos a ingresar estudiantes con puntajes muy distintos a ellos?», reparó Zolezzi.
En ese sentido, vicepresidente del Consejo de Rectores hizo hincapié en que «el Estado tiene que ser el primer responsable y encargado de resolver el problema, tiene que buscar entre todas las instituciones cómo ayudar a solucionar el problema», aunque «también espero que las universidades privadas tengan un gesto hacia una universidad de su mismo grupo, hacer un esfuerzo en esa línea».
«En vez de cambiar a los estudiantes de una universidad a otra, hay otras posibilidades, el Estado puede intervenir las sedes y prorrogar su funcionamiento un par de años, hasta que terminen los que están hoy día, o cerrar el ingreso a primer año, y cuando hayan terminado todos, cerrar la universidad completa», sostuvo la autoridad académica.
Asimismo, justificó la labor de la cuestionada Comisión Nacional de Acreditación (CNA): «En la Comisión de Acreditación existen personas muy valiosas que han hecho un tremendo aporte y, al mismo tiempo, condenar enfáticamente la situación delictual, que mancha a todo el resto del sistema (…) las universidades del Consejo de Rectores tienen un prestigio ganado durante muchos años y no tienen ningún problema en ser revisadas nuevamente y las veces que sean necesarias en términos de acreditación, de entrega de resultados. No tenemos ninguna dificultad en ese aspecto».