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Cuando los críticos de cine arrugaron la nariz después de ver NO

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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La película nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera no fue bien recibida por algunos de los más importantes especialistas. Reduccionista, con una moral ambigua y en las antípodas de cineastas como Bergman fueron algunas de las expresiones utilizadas en las reseñas con motivo de su estreno. A continuación párrafos escogidos.


Ganó el premio a Mejor  Película en la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, el Coral al mejor largometraje de ficción en el último festival de La Habana. La industria local también distinguió a NO con el premio Pedro Sienna a la mejor película.

Y ahora NO de Pablo Larraín está en la lista de las 9 películas nominadas a quedarse con el Oscar a  Mejor Película Extranjera. La película fue incluida luego de que la viera un grupo de críticos en Nueva York.

Pero en Chile no a todos los especialistas les gustó, al momento de su estreno en Agosto del año pasado.

¿Cuál es la moral de esta película?

Ascanio Cavallo, en la revista El Sábado de El Mercurio escribió: “Su sentido de la metáfora es pobre y a menudo asoman los tics de la publicidad. La salvan, en muchos momentos la nostagia de la franja del NO y el humor involuntario de la del SI”.

El decano de Periodismo en la Universidad Adolfo Ibáñez dijo que el guión  es excelente, el reparto memorable y en suma la mejor de las cuatro películas que ha hecho Pablo Larraín.

La pregunta de Cavallo fue más conceptual, apuntando quizá al espesor de la historia:  “¿Cuál es la moral de esta película? No es la distancia crítica, algo que no parece interesarle dada la rapidez con que despacha y aliviana los debates conceptuales. No es la de la épica política porque el détachment de su protagonista, obsesionado con la eficacia, no lo permitiría. ¿Es una moral del cinismo, donde una encrucijada política se resuelve como una lucha entre publicistas que luego seguirán haciendo negocios con el mismo argumento? (“hoy Chile piensa en su futuro”)? ¿O una denuncia de esa moral que vence con astucia pero a costa de la integridad. Si fuese esto último -una idea bastante infantil-, el triunfo de la franja habría sido más bien  una desgracia”.

Pongámonos serios

Héctor Soto, crítico de La Tercera, no destruye la película. Pero dice que salvo “aislados momentos” en NO “las imágenes son entre chapuceras y sucias. En realidad, muy feas. Se dirá que es deliberado, y que fue en tributo a la estética del video. Eso, no obstante, sirve lo mismo para atenuar que para agravar la culpa”.

Soto rescata el uso que Larraín hace de las imágenes de archivo en la película pero se queja porque  “el final se hace esperar demasiado y el voltaje narrativo decae por unos buenos quince minutos en la última parte”.

En sintonía con Ascanio Cavallo, Héctor Soto, critica el reduccionismo de la historia para explicar la derrota de Pinochet el 5 de octubre de 1988.

“Pongámonos serios: Pinochet cayó también por muchas otras razones. Cometió enormes errores. Incluso hubo un  momento en que hasta los éxitos del régimen le jugaron en contra. Los partidos de la oposición, por otro lado, habían realizado un paciente trabajo durante años (…) Se entiende que la película tenga que simplificar. Pero, desde la perspectiva política, hay que leerla con cuidado”.
[cita]Héctor Soto, critica el reduccionismo de la historia para explicar la derrota de Pinochet el 5 de octubre de 1988. “Pongámonos serios: Pinochet cayó también por muchas otras razones. Cometió enormes errores. Incluso hubo un  momento en que hasta los éxitos del régimen le jugaron en contra. Los partidos de la oposición, por otro lado, habían realizado un paciente trabajo durante años (…) Se entiende que la película tenga que simplificar. Pero, desde la perspectiva política, hay que leerla con cuidado”.[/cita]

En las antípodas de Bergman

Leopoldo Muñoz crítico de cine de Las Ultimas Noticias dice que los recelos hacia la interpretación de la historia reciente son legítimas. “En especial cuando se alude a que la victoria de la Concertación fue gracias a una hábil campaña audiovisual. Para Muñoz es “como considerar que la caída de Mubarak en Egipto fue a raíz de las redes sociales”.

Muñoz es más exhaustivo y menciona  la trilogía de Larraín sobre la dictadura (Tony Manero, Post Mortem y  No)  La personificación del mal en la trilogía fílmica expuesta por Larraín sobre la dictadura deja fuera de cuadro al poder que la solventó”.

El crítico de LUN rescata que a diferencia de los anteriores “personajes inverosímiles” en las películas de Larraín, esta vez el guión de Pedro Peirano contienen “personajes que pueden identificar al espectador”.

Pero para Muñoz las omisiones de la película a la hora de abordar el contexto social  de la época sitúan a la película de Pablo Larraín “en las antípodas de grandes cineastas que han avizorado el germen de la putrefacción social como ocurre en El Huevo de la Serpiente  de Bergman o La Cinta Blanca  de Haneke”.

El lobby con la Academia

Ahora, esa diferencia supuestamente  abismal se podrá probar casi literalmente. Pablo Larraín compite con el cineasta alemán Michael Haneke quien dirige Amour, una de las favoritas para quedarse además con el Oscar a Mejor Película.

Ambas películas son distribuidas por Sony Pictures Classics, compañía que próximamente lanzará una campaña de marketing para lograr que  la mayoría de los 6 mil  miembros de la Academia  la vean y voten.  “No la van a dejar botada  se verá qué van a destacar de la película como  para premiar”, dice el guionista y también crítico Gonzalo Maza, que participa con un cameo en la película. “El resto es pura especulación, si a la Academia le gustan las películas más tristes, o más políticas…. eso varía todos los años”, agrega.

Lo cierto es que esta nominación le da un nuevo aire a la película que seguramente no dejará un rincón del mundo donde no sea distribuida y que estará en la cartelera local nuevamente desde el  17 de enero.

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