En su intervención, el mandatario abordó más allá de los tópicos políticos, en que reiteró la inclinación de Zaldívar por la integración chileno-argentina, la relación afectiva que el ex parlamentario tenía con sus cercanos y con su familia, enfatizando el cariño que profesaba por su señora María Alicia Larraín y las actividades que ella desarrolla.
El Presidente de la República, Sebastian Piñera, fue quien cerró el homenaje al fallecido embajador de Chile en Argentina, Adolfo Zaldívar Larraín, destacando no solo sus cualidades políticas sino también humanas y el “testimonio de vida” que le deja al mundo político.
En su intervención, el mandatario abordó más allá de los tópicos políticos, en que reiteró la inclinación de Zaldívar por la integración chileno-argentina, la relación afectiva que el ex parlamentario tenía con sus cercanos y con su familia, enfatizando el cariño que profesaba por su señora María Alicia Larraín y las actividades que ella desarrolla.
Pero también resaltó las cualidades políticas de Adolfo Zaldívar, asegurando que prestigió esta actividad que últimamente ha sido vilipendiada en nuestro país. Piñera subrayó que a diferencia de quienes desprestigian la política “el testimonio de vida de Adolfo Zaldívar Larraín nos va a orientar y a inspirar en (mejorar) la calidad de la política y la calidad de nuestra democracia”.
