Lo curioso de este atraco es que afectó a uno de los retoños de Agustín Edwards Eastman, el mismo que en 1992 creó la Fundación Paz Ciudadana, cuya misión era la de aportar con conocimiento (información, metodologías, herramientas) al diseño y evaluación de las políticas públicas para la seguridad ciudadana.
Delincuentes ingresaron la tarde del viernes a la vivienda de Agustín Edwards del Río, hijo del dueño del holding El Mercurio, Agustín Edwards Eastman, robando más de 100 millones de pesos en diversas especies como joyas y dinero en efectivo.
Los ladrones ingresaron al inmueble del director del diario Las Últimas Noticias en la comuna de Vitacura llevándose las especies y sólo fue descubierto por el Edwards del Río cuando llegó a su hogar e ingresar a su dormitorio por la noche.
Según TVN, los desconocidos maniataron a la familia del hijo del dueño de El Mercurio, aunque ninguno de sus miembros sufrió lesiones de consideración.
De acuerdo a las primeras estimaciones hechas, los delincuentes habrían sustraído un total de 150 millones de pesos, entre especies, dinero en efectivo y moneda extranjera.
Carabineros inició las pericias pertinentes que permitan dar con el paradero de los autores del robo.
Sin embargo, lo curioso de este robo es que afectó al hijo del dueño de El Mercurio, el mismo que en 1992 creó la Fundación Paz Ciudadana, cuya misión es la de aportar con conocimiento (información, metodologías, herramientas) al diseño y evaluación de las políticas públicas para la seguridad ciudadana.
Según su página web, Paz Ciudadana sostiene que la criminalidad es un fenómeno multifactorial, por lo que asume una “perspectiva integral y promueve la intervención sobre causas, manifestaciones y efectos tanto en infractores y víctimas como en el rol de las instituciones de prevención, control y reinserción, enfocándose en las situaciones que generan inseguridad, en grupos vulnerables y, de la misma manera, en la calidad de la gestión e intervención público-privada en el sector”.
El día de la inauguración, en 1992, Edwards afirmó que “resulta fácil culpar a otros del aumento de la delincuencia, pero si no estamos nosotros mismos dedicados a la tarea de combatirla, no podremos avanzar en la imperiosa labor de eliminarla de nuestra sociedad”.
