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El próximo dolor de cabeza de RN: la bancada “presidenciable” Los candidatos de la tienda intentarán perfilarse desde el Senado

El próximo dolor de cabeza de RN: la bancada “presidenciable”

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Será la bancada más prolífera de figuras dispuestas a disputar en su partido el derecho a competir por el sillón presidencial el 2017. Aunque parece bueno, tanto precandidato podría convertirse en el talón de Aquiles de la ya alborotada tienda encabezada por Carlos Larraín. La rivalidad interna, con dispares agendas propias, podría terminar por convertirse en una bomba de tiempo en la casona de Antonio Varas, si no logran un acuerdo en torno a la nueva directiva y a la institucionalización del partido.


La dura derrota presidencial de la derecha, que confirmó el peor de los temores del sector cuando Sebastián Piñera se puso la banda: que su gobierno no pasara de ser un paréntesis, provocó un remezón en ambos partidos de la coalición. Sin embargo, la tienda del Mandatario, Renovación Nacional –que ahora le suplica por la prensa que regrese–, se ha robado todas las miradas del mundo político. Ello, no sólo porque uno de sus más destacados militantes, el senador electo por Santiago Poniente Andrés Allamand, tuvo la mala idea de enrostrarle al jefe de Estado su responsabilidad en la catástrofe que volverá a llevar a la Alianza a la oposición, sino también porque algunos creen que el actual escenario obliga a un reacomodo de las fuerzas internas. Sobre todo porque, cuando el Presidente aún no desaloja La Moneda, ya existen cinco eventuales precandidatos presidenciales de RN. Y todos en la bancada de senadores, lo que hace sospechar que el trabajo en esa instancia no va a ser fácil, dado que cada uno de ellos levantará una agenda propia que le permita diferenciarse con sus competidores, algo que ya se está comentando en las más altas esferas de la colectividad.

En la casona de Antonio Varas admiten que el tema “ya se está conversando”, pues genera inquietud que los aspirantes a representar al partido en las presidenciales del 2017 impidan que RN pueda desplegar una agenda legislativa que podría chocar con las de los senadores con inquietudes presidenciales y que se vaya cada uno por su lado, como si fueran una “montonera”. En el partido visualizan que, de los siete parlamentarios con que contará la tienda este periodo en la Cámara Alta, cinco tienen aspiraciones presidenciales, las hayan explicitado o no públicamente. Según altas fuentes de la tienda, están los que ya han expuesto su intención, como Alberto Espina o el senador electo por Santiago Oriente, Manuel José Ossandón; pero también siguen considerando a Allamand, aunque él lo haya descartado en algunas entrevistas. A ellos añaden a la senadora Lily Pérez y a su compañero de bancada Francisco Chahuán. Sobre este último recuerdan que, en medio de la crisis que provocó la bajada de la candidatura presidencial de Pablo Longueira, alcanzó a ser candidato “por 15 minutos” y de alguna manera eso lo coloca como viable. En esa oportunidad, dice un representante del partido, el senador por la Quinta Región Costa “cumplió su sueño por un día, aunque sólo le duró 15 minutos”.

[cita]Los cinco eventuales aspirantes son figuras que en estos años, algunos de ellos muchos años, han alcanzado relevancia nacional. Por lo que en la tienda no pretenden cortarle las alas a ninguno. Pero sí inquieta que sus diversas agendas provoquen desorden al interior del partido. Sobre todo porque entre los dirigentes de RN existe consciencia de que la diferenciación va a pasar por la relación que decidan mantener con el gobierno de Michelle Bachelet. Y a partir de la forma de hacer oposición es que, imaginan en la colectividad, intentarán perfilarse como la figura para representar al partido, pero también con la certeza que dejó esta elección, de que para ganar una presidencial hay que intentar ir más allá de la Alianza.[/cita]

Los cinco eventuales aspirantes son figuras que en estos años, algunos de ellos muchos años, han alcanzado relevancia nacional. Por lo que en la tienda no pretenden cortarle las alas a ninguno. Pero sí inquieta que sus diversas agendas provoquen desorden al interior del partido. Sobre todo porque entre los dirigentes de RN existe consciencia de que la diferenciación va a pasar por la relación que decidan mantener con el gobierno de Michelle Bachelet. Y a partir de la forma de hacer oposición es que, imaginan en la colectividad, intentarán perfilarse como la figura para representar al partido, pero también con la certeza que dejó esta elección, de que para ganar una presidencial hay que intentar ir más allá de la Alianza. Sobre este aspecto, por ejemplo, ya se conocen las posturas que algunos de ellos asumirán respecto de la reforma tributaria anunciada en el programa de Bachelet. Mientras Allamand ha anunciado que no la respaldará, su correligionario Ossandón ha señalado sin el menor complejo que si el gobierno de la Nueva Mayoría logra convencerlo de la utilidad de realizarla y los fines a que estará destinada, estaría dispuesto a respaldar esa iniciativa. Esa diferencia no sólo podría tensionar a la bancada, sino derechamente al partido que tiene que asumir una postura oficial sobre el tema.

Adicionalmente, está el tema de la renuncia de Antonio Horvath al partido, a quien desde Renovación algunos perciben como competencia, pues no descartan que también tenga aspiraciones presidenciales. Hay quienes creen, en RN, que no sólo dejó a la tienda con un senador menos, sino que tampoco es del todo seguro que se sume a Renovación en una serie de temas relevantes, ya que él mismo aseguró que sentía más cercanía con el programa de la Nueva Mayoría que con el de Evelyn Matthei. Y esto, dada su afinidad política con la senadora Lily Pérez y el mundo liberal de RN, podría impulsar a que algunos de ellos, particularmente la ex vocera de la ex ministra, se vieran inclinados a gravitar en torno a medidas más progresistas que las que admite el partido en algunas materias, como la tributaria. El temor es, finalmente, que Horvath pueda ejercer una influencia negativa sobre algunos de los presidenciables, contribuyendo con ello a aumentar el desorden que ya campea en la casona de calle Antonio Varas. De allí que desde la directiva reconozcan que el tema de la particularidad que tendrá estos próximos cuatro años la bancada de senadores del partido se ha conversado internamente, evaluando los aspectos positivos y negativos que ello conlleva. Un alto dirigente asegura que por lo mismo es que en el partido se está generando “un clamor interno para que se fortalezca la institucionalidad” y de ahí, dice, algunas de las propuestas de Allamand con ese objetivo. Por ello es que en la elite de RN existe “consenso no sólo en que es necesario modernizar nuestros principios y estatutos, sino también en que para ello es necesario elaborar un cronograma, según el cual todo eso se pueda hacer durante este año”.

Relaciones peligrosas

A juicio de un consejero del partido y analista del sector, la relación en la bancada y de los presidenciables con el partido “sin duda va a ser complicada. No va a ser fácil (para los dirigentes de RN) trabajar con ese grupo, porque cada uno se va a tratar de posicionarse en temas que les puedan dar ventaja no sólo dentro de Renovación, sino también fuera”, lo que coincide con los temores que ya han manifestado internamente algunos dirigentes. Y aunque no se descarta que, en un comienzo, la mayoría de los aspirantes a ser el abanderado de RN con miras al 2017 defiendan la “obra” del actual gobierno, se advierte que a poco andar esa idea se va a abandonar por cuanto significaría una ventaja que nadie quiere darle a Sebastián Piñera, que, entre más asegura no tener intención de intentar volver a La Moneda, menos le creen en el mundo político y menos aún en Renovación. Por lo mismo, no se entendería que las candidaturas de los senadores giraran en torno a lo hecho por la administración Piñera.

Y si el mandatario vuelve al partido, tras dejar palacio, en vez de sólo parapetarse en la fundación que ha anunciado, el escenario es aún más complejo. Esto lo tienen bien claro en la tienda que aún lidera Carlos Larraín. Por eso que esta abundancia de precandidatos, nunca antes vista en la tienda, se cruza con el inminente proceso de cambio de directiva programado para abril. Los máximos dirigentes de RN han analizado el tema y están en pleno proceso de negociación para levantar una lista que deje conformes a todos. Algo que parece poco probable. El punto es que lo que principalmente se ha evaluado para definir cuál sería la mejor fórmula, entre otras pocas cosas, es el perfil de directiva necesaria para mantener el orden del partido, avanzar en su proceso de modernización e institucionalización, y darles a todos los precandidatos las mismas garantías de “cancha pareja” para enfrentar el proceso interno de selección del abanderado de 2017. Porque si bien es bueno que la tienda sea tan fecunda en candidatos, eso –insisten en RN– puede provocar un “desbande incontrolable”. Entonces, ¿qué tipo de directiva sería la más apropiada para lograr los objetivos que se persiguen? Una “más blanda, débil o amorfa y sin institucionalidad podría perder el rumbo y no ser capaz de mantener el partido unido. Y pasaríamos a convertirnos en ‘Reconfusión Nacional’”, ironiza un dirigente.

Por otra parte, está la posibilidad de una mesa directiva fuerte, capaz de hacer lo que se espera de ella para este período, con los cambios mencionados a través del Consejo General que se pretende hacer este 2014, además del Consejo Nacional programado para el 18 de este mes, y el Consejo Doctrinario; encabezada por una figura que pueda coordinar el trabajo de los precandidatos en la bancada de senadores, pero también con el partido. Para ello, aclara un dirigente, no puede ser cualquiera, justamente por la larga trayectoria política de la que gozan los parlamentarios que aspiran a representar a RN el 2017. “Los presidenciables no van a aguantar que alguien que no tiene su trayectoria política los pautee”, comenta un dirigente de RN.

Es en ese contexto en que surgió nuevamente, explican en la tienda, el nombre del diputado Cristián Monckeberg, quien ha estado negociando con la dirigencia del partido y con el propio Allamand la conformación de una mesa que dé garantías a todos los sectores, según señalan desde la directiva. Ello, porque aunque el senador electo por Santiago Poniente era la primera carta de Larraín, en la colectividad advierten que ningún eventual candidato para las primarias internas podría ser presidente de Renovación, pues eso implicaría una desventaja para los demás. Si bien se contradicen al afirmar que el nombre de Chahuán, que Allamand también ha mencionado como posible candidato a presidir la tienda, sólo se contempla en el caso que las negociaciones con Monckeberg no prosperen y haya que competir.

Un observador del escenario que enfrenta su partido coincide en que, dado lo prolífico en presidenciables que está RN, es “imprescindible que se le dé al partido una institucionalidad que funcione, capaz de lograr acuerdos, a partir de instancias como una comisión política fuerte, con nombres potentes, capaz de encausar la lucha, que va a ser fuerte, dentro de los canales del partido, para que no se produzca el desbande. Porque con una fórmula inorgánica, esto puede terminar en una pelea de monos”. Algo que comparten en la actual directiva, por lo mismo que plantean la necesidad que tienen de lograr que las decisiones adoptadas por los estamentos competentes deberían ser respetadas por todos, incluidos los presidenciables. Aunque están conscientes de que eso, en el marco de cualquier escenario, no será fácil. De ahí que más que una bendición, tanta aspiración presidencial podría convertirse en el talón de Aquiles de Renovación Nacional. Eso si no se concreta, lo antes posible, la institucionalización de la que tanto se habla internamente para que la nueva directiva tenga la posibilidad de levantar una agenda y temas propios del partido, admiten en la casona de Antonio Varas.

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