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La fragmentación de RN y su impacto en la UDI Proyección de la profunda ruptura en la tienda de Antonio Varas

La fragmentación de RN y su impacto en la UDI

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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La fuga de parlamentarios de Renovación constituye un fuerte golpe para la conducción de Carlos Larraín. Pero expertos estiman que a mediano plazo también podría resultar perjudicial para el gremialismo: ahora existe la posibilidad cierta de modificar el binominal y con ello el surgimiento de nuevas alianzas. Proceso que podría acorralar a la UDI en la “derecha dura”, perdiendo su calidad de accionista controlador de la Alianza, con su consecuente poder de veto dentro del sistema en su conjunto.


Si bien la renuncia de la senadora Lily Pérez a Renovación Nacional deja en un muy mal pie a la directiva del partido, sus efectos a mediano plazo podrían ser más dañinos para la UDI. Ello, porque su dimisión le otorga densidad política y viabilidad al proyecto de nueva derecha al que apuestan quienes la precedieron y se adelantaron a formar el movimiento Amplitud. Quienes han seguido este proceso, a partir del discurso que han socializado los diputados que la semana pasada dejaron las filas de la colectividad encabezada por Carlos Larraín, estiman que este escenario abre la posibilidad de una convergencia con la Nueva Mayoría, en el marco de una serie de proyectos con los que el mundo liberal se podría sentir identificado y allí es donde se manifestaría el contrapunto con el gremialismo.

Esta es la mirada con que el cientista político vinculado a RN, Patricio Gajardo, analiza la fuga de militantes que ha desangrado al partido, sumergiéndolo en una de sus más grandes crisis internas. A su juicio, el mayor problema lo enfrenta la UDI, por cuanto ya arrastra una fuerte derrota parlamentaria que la llevó a perder el poder de veto, con el que venía actuando desde fines de los 90, en el ámbito legislativo. Esta ventaja le había permitido establecer los contornos de la derecha, frenando eventuales avances progresistas dentro del sector, con su hegemonía sobre Renovación; pero también los de la Concertación, dada la fuerza que le he la brindado el sistema binominal y su calidad de canal institucional de los poderes fácticos.

El experto estima que, justamente, es la certeza de que están los votos para modificar el actual mecanismo electoral la que habría dado el impulso para que se produjeran las dimisiones: “Como se tiene claro que la elección de noviembre fue la última con binominal, resulta rentable crear un partido muy heterogéneo”. Lo que podría generar que “la UDI vaya quedando acorralada y con menor capacidad de coordinación, porque sería empujada hacia la extrema derecha”, explica Gajardo. Mientras que RN podría salir mejor parada de lo que se percibe a primera vista. Ello, porque, si hace bien las cosas, tiene espacio para convertirse en el partido pivote o eje del sector. Para eso “tendría que tener una presidencia hábil, capaz de converger con los nuevos movimientos o partidos que vayan surgiendo en la coalición”. Incluso advierte que el piñerismo va a tener que jugar un rol “más convergente y pragmático cuando deje de ser gobierno”. Distinto de lo que ha hecho hasta ahora y que ha favorecido la predominancia de las posturas gremialistas en la derecha. Lo que no puede ocurrir –dice el experto– es que, en el nuevo escenario político, “RN se transforme en un sucedáneo de la UDI”.

[cita]El experto estima que, justamente, es la certeza de que están los votos para modificar el actual mecanismo electoral la que habría dado el impulso para que se produjeran las dimisiones: “Como se tiene claro que la elección de noviembre fue la última con binominal, resulta rentable crear un partido muy heterogéneo”. Lo que podría generar que “la UDI vaya quedando acorralada y con menor capacidad de coordinación, porque sería empujada hacia la extrema derecha”, explica Gajardo.[/cita]

De allí la importancia de la renuncia de Pérez a la tienda. Su reconocida trayectoria liberal y su liderazgo indiscutido en ese sector son los que, en opinión del cientista político, le darán un peso real al proyecto que Amplitud pretende impulsar y que requería de una figura fuerte, “con tonelaje político”, que le diera viabilidad real a la iniciativa y no se limitara a “un saludo a la bandera”.  En este contexto, agrega que lo que le queda a la UDI es “plantearse reformas de fondo, porque hoy, tal como están las cosas, no tiene capacidad para imponerse y monopolizar, como lo hizo en el actual gobierno”.

Con Gajardo coincide Marco Moreno, cientista político de la Universidad Central. En su opinión, “lo que está pasando es que, con el surgimiento de nuevas expresiones en el sector, el cerco de la centro derecha se está corriendo más hacia la derecha con la UDI adentro, siendo empujada más hacia el extremo. Una especie de tea party gringo”. Ello, porque los nuevos emprendimientos políticos, como les gusta autodefinirse a algunos de los recientemente creados, podrían “disputarle a la UDI los sectores populares” que hicieron grande a la colectividad.

Otra interpretación que hace Moreno de la renuncia de la senadora a Renovación Nacional, es que con ella “se confirma la crisis de los partidos que representan a la derecha”. Lo que tiene que ver –dice– “con un reacomodo de los mismos y la nueva geografía para enfrentar el proceso de ser nuevamente oposición. A la Alianza le gusta ser oposición, siempre se ha dicho que no tiene vocación de mayoría, por lo tanto, la fragmentación que se ha producido es resultado de eso”, sentencia.

Por otra parte, Moreno plantea que “lo que está pasando en RN hace dudar que la UDI pueda contener un proceso centrífugo dentro de la propia colectividad. Aunque los coroneles han dado señales de dar paso a las generaciones jóvenes, eso es medio gatopardiano, porque ellos van a seguir influyendo”. Lo que a juicio de los expertos podría contribuir a la atomización del gremialismo.

Algo que no comparte el analista vinculado a la UDI Gonzalo Müller, quien percibe que en el proceso que atraviesa RN hay dos cosas que destacan: por un lado, que los que “quedan son los amigos de Carlos Larraín; y el silencio de Andrés Allamand”, uno de los líderes más importantes de la colectividad. Aunque Müller admite que desde el gremialismo observan “con preocupación lo que pasa en RN”. Porque cree que no servirá de mucho al sector si los movimientos que están surgiendo no contribuyen a atraer nuevos votos, sino que terminan dividiéndose los que ya existen. Esa es, en su opinión, “la prueba que tienen que superar”, no sólo Amplitud, sino también Evópoli. “Si logran capturar nueva votación serán un aporte bienvenido”. Como en su momento lo hizo la UDI, destaca.

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