«Cuando nos encontramos con episodios como los que hemos conocido esta semana, dan una muestra clara de que seguimos estando al debe, porque ponerse en el lugar de las víctimas ha sido un ejercicio que no ha resultado nada fácil a algunas autoridades de la iglesia y es un ejercicio indispensable para ponernos a trabajar en erradicar el abuso de menores», sostuvo Jaime Coiro.
El vocero de la Conferencia Episcopal, Jaime Coiro, valoró el nombramiento de Ricardo Ezzati como cardenal, afirmando que es una señal “privilegiada” para América Latina, pero a su vez admitió que aún existe una “deuda” en el tema de los abusos sexuales a menores.
En declaraciones a Radio Cooperativa, Coiro dijo que la investidura de Ezzati «era una plaza cardenalicia asegurada por ser una capital importante del continente (…) Ser cardenal hoy en la iglesia no es exactamente lo que era hace 20 o 30 años».
En ese sentido, precisó que el nombramiento afecta «de una manera muy privilegiada para los cinco nuevos cardenales que son latinoamericanos, que el papa conoce muy bien y que además comparten con él este espíritu (…) que invita a la iglesia a ponerse en un camino de discipulado misionero, de servicio».
«El caminar de la iglesia es un caminar que necesita tener una luz conforme a las nuevas realidades que vive el continente, el mundo y las familias, el hombre y la mujer contemporáneos. Eso significa que la nueva evangelización está enmarcada muy fuertemente por la realidad», explicó.
Sin embargo, al ser consultado por los escándalos por abusos sexuales en la iglesia, el vocero mencionó que «es una dificultad real, compleja, grave. Todas las normas, los cumplimientos y lo políticamente correcto se ha hecho en los últimos años en Chile».
En cuanto a la polémica por la denuncia contra Fernando Karadima respecto a que volvió a oficiar misas, Corio dijo que «esta fotografía es una prueba. Se están haciendo las averiguaciones del caso, se están recabando los antecedentes y se van a mandar a la Congregación Para la Doctrina de la Fe, pero ya el Arzobispado de Santiago ha reconocido su veracidad y, por lo tanto, independiente del episodio mismo, del cumplimiento de una condena, yo me pregunto más bien por la predisposición, si está en el corazón del cristiano».
«Cuando nos encontramos con episodios como los que hemos conocido esta semana, dan una muestra clara de que seguimos estando al debe, porque ponerse en el lugar de las víctimas ha sido un ejercicio que no ha resultado nada fácil a algunas autoridades de la iglesia y es un ejercicio indispensable para ponernos a trabajar en erradicar el abuso de menores», sostuvo.
Agregó que «con Ricardo Ezzati cardenal o sin Ricardo Ezzati cardenal, la prevención de abusos y la manera audaz y valiente para enfrentar este flagelo en la iglesia es una tarea que todavía estamos con deuda, que todavía tenemos que hacer nivelación antes de comenzar el año calendario».
