El texto conocido como el “Libro Blanco de las pensiones chilenas” propone 65 años como edad para que las mujeres puedan retirarse de sus trabajos y subir en 2% la tasa de cotización de los trabajadores en forma directa.
La administración del ex Presidente Sebastián Piñera le dejó a Michelle Bachelet un libro en el que entrega una serie de sugerencias para reformar el sistema de pensiones, entre las que se encuentra elevar la edad de jubilación de las mujeres, aumentar la tasa de cotización y modificar la licitación del seguro de invalidez, entre otras.
El libro titulado “Propuestas para Mejorar las Pensiones de Vejez” contiene 89 páginas y fue elaborado tras casi dos años de estudios. En este, Piñera propone una estrategia dividida en tres áreas y con 15 medidas específicas.
Según señala La Tercera, entre las propuestas está subir en 2% la tasa de cotización de los trabajadores en forma directa y modificar la licitación del seguro de invalidez y sobrevivencia para diferenciar por edad, lo cual permitiría aumentar la tasa en otro punto adicional.
También se incluye establecer la cotización por el total de las remuneraciones y elevar la edad legal de jubilación de las mujeres, para luego indexar esta y la de los hombres a las mayores expectativas de vida.
La propuesta establece que la jubilación de las mujeres sería de 65 años para quienes sean menores de 43 años con la nueva ley; entre 61 hasta 64 años para las que tuvieran a esa fecha entre 42 y 49 años; y mantenerla en 60 años para las cotizantes que a la fecha del cambio legal tuvieran 50 o más años.
Otro punto que aborda dicho estudio es el de masificar el Ahorro Previsional Voluntario Colectivo (APVC) y un nuevo mecanismo para incorporar a los trabajadores independientes al sistema, flexibilizando la cotización obligatoria que este año es obligada para quienes emitan boletas al SII y que el 2015 no podrá haber reparos.
Además, el “Libro Blanco de las pensiones chilenas”, como se le conoce, también fustiga las opiniones a favor de volver al sistema de reparto, mencionando que “tomar el camino de regreso a nuestro antiguo sistema previsional representaría un grave error. La experiencia histórica de nuestro país aporta suficiente evidencia respecto a la magnitud de las debilidades y limitaciones de los sistemas de reparto”.
