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La guerra de los lotes que empaña el despliegue del gobierno Ofensiva comunicacional fue eclipsada por caída de gobernadores

La guerra de los lotes que empaña el despliegue del gobierno

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
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En la Nueva Mayoría, directivas y parlamentarios dijeron que la discusión pública del tema era “bien mala leche”, casi “picante”, que “no es una crisis”, que ha sido un traspié que “se ha exacerbado interesadamente” por agendas personales. En Palacio agregan que algunos actores han sido despiadados en las críticas, ya que no se tiene en consideración el nivel de presión interna que hay hacia Interior de parte de parlamentarios y alcaldes que tratan de instalar a sus candidatos en los cargos que restan por llenar.


Nueva Mayoría, nuevo gobierno, nuevos anuncios, varios rostros nuevos, pero algunas viejas prácticas al parecer siguen intactas. Es que los primeros diez días de gobierno de Michelle Bachelet, en los que ha habido una intensa batería de anuncios legislativos y medidas con los cuales se debutó, fueron empañados –se lamentan en La Moneda– por la polémica en la nominación y salida de cuatro de los más de cincuenta gobernadores que se han designado, una tensión promovida, reconocen en la coalición, por las rencillas internas entre lotes y sectores partidistas del oficialismo, ese conocido estilo político de las facturas personales.

Tras ponerse la banda presidencial el martes 11 de marzo, la Presidenta Bachelet impuso la premisa de “trabajar, trabajar y trabajar”, criterio que ha marcado la impronta de esta semana. El jueves 13 anunció que “vamos a terminar con la municipalización de la educación que dejó como herencia la dictadura, un modelo que finalmente lo que ha hecho es profundizar la desigualdad, condenar a los niños y niñas a no salir de la pobreza”.

Luego vino la decisión de retirar el cuestionado proyecto de «Ley Monsanto» del Congreso, que buscaba regular la producción y propiedad de semillas; se anunció el compromiso de despachar en 30 días el proyecto de Acuerdo de Vida en Pareja (AVP), que la administración de Sebastián Piñera no pudo aprobar por las discrepancias en la Alianza; también se resolvió poner suma urgencia al proyecto que da derecho a voto a los chilenos en  el extranjero; está listo para ser promulgado el llamado ‘Bono Marzo’, que desde ahora será un aporte familiar permanente para las familias más vulnerables de Chile.

Si de cubrir posibles flancos se trata, no es menor la decisión que tomó esta semana el Comité de Ministros que definió invalidar la resolución del gobierno de Piñera sobre el proyecto HidroAysén y resolver en 60 días sobre los 35 recursos de reclamación presentados por la empresa y los detractores a la central hidroeléctrica. Lo mismo en el frente laboral, donde la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, anunció un proyecto de modernización del sector portuario y la fiscalización del cumplimiento de los derechos laborales, para desactivar conflictos heredados que exploten a la vuelta de la esquina.

Pero todo este despliegue fue eclipsado, se lamentan en Palacio y en la Nueva Mayoría, las últimas 48 horas por los públicos cuestionamientos, desaciertos, fuego cruzado, declaraciones y acusaciones debido a los errores en el chequeo de antecedentes de los nombramientos de cuatro gobernadores: Antofagasta, Chiloé, Ñuble y Santiago.

Hay dos elementos que en el oficialismo aseguran no fueron gratuitos ni menos casuales. Uno, que el senador PPD Guido Girardi anunciara por televisión antes que el propio gobierno la salida de la gobernadora de Chiloé Claudia Placencio y que, en público, el diputado PS Fidel Espinoza dirigiera los dardos y dejara toda la responsabilidad en el subsecretario de Interior, Mahmud Aleuy, cuyo equipo ha sido el encargado del proceso de chequeo de los nombramientos.

La salida de libreto de Girardi desordenó el diseñó comunicacional que tenía La Moneda para anunciar el cambio de esos gobernadores e hizo patente una descoordinación entre la SECOM, la Segegob e Interior. En la Nueva Mayoría y en Palacio no había dos voces para precisar que eso fue “una factura” del senador PPD, que “está herido” porque su círculo ha quedado bastante marginado de los nombramientos gubernamentales: “Como se dice en política, afiló el hacha y se dio el gusto”.

En el caso del diputado Espinoza, el consenso en el oficialismo era mayor para explicar que sus críticas tienen su razón de ser en su suerte de “fobia política” hacia el ex senador PS Camilo Escalona y a todos los que son personas de su confianza, en este caso, el subsecretario Aleuy. “No pierde oportunidad de golpearlos”, agregaron en La Moneda, junto con precisar que la molestia del parlamentario pasa porque se desechó la posibilidad de nombrar a su hermana en un cargo regional.

En la Nueva Mayoría, directivas y parlamentarios dijeron que la discusión pública del tema era “bien mala leche”, casi “picante”, que “no es una crisis”, que ha sido un traspié que “se ha exacerbado interesadamente” por agendas personales. En Palacio agregan que algunos actores han sido despiadados en las críticas, ya que no se tiene en consideración el nivel de presión interna que hay hacia Interior de parte de parlamentarios y alcaldes que tratan de instalar a sus candidatos en los cargos que restan por llenar.

Que el chequeo falló, nadie lo discute, pero también que, a pesar de eso, Aleuy cuenta con un respaldo cerrado, porque “nadie más que él tiene el cuero duro para hacer esa tarea, el que da garantías, está rompiendo huevos para hacer tortilla”, precisaron en la Nueva Mayoría.

En medio de todo el caso, la derecha se ha frotado las manos, hace declaraciones fustigando los errores en el sistema de chequeo de antecedentes del nuevo gobierno y ha puesto el acento en interpelar al ministro Peñailillo para que dé explicaciones ante la Cámara de Diputados. No todos están de acuerdo, el senador RN Manuel José Ossandón advirtió, ayer, que esas acciones “se convierten en un show mediático”.

En La Moneda hay plena conciencia de que el despliegue de anuncios pasó a segundo plano, que no se manejó bien en su momento el tema. Por eso hubo una serie de reuniones,  a todo nivel, como de la SECOM con Interior, precisamente para evitar descoordinaciones.

 Lluvia de frases

La DC llegó ayer a La Moneda a reunirse con Peñailillo y a la salida, el timonel, Ignacio Walker, hizo una defensa cerrada al gobierno, criticó al diputado Espinoza, quien el miércoles –apenas se nombró al democratacristiano Pedro Bahamóndez como reemplazo de Placencio en Chiloé– lo cuestionó por las redes sociales. «No me voy a hacer cargo de ningún comentario de poca monta de parlamentarios que, por situaciones personales o locales, puedan echar a correr algún rumor. Ese no es el estilo de la Democracia Cristiana», dijo.

Hubo un  desfile de parlamentarios en Palacio el jueves y todos opinaron de la situación. El senador independiente Pedro Araya dijo que «es un exceso por parte de la Alianza tratar de interpelar al ministro del Interior (…) todo gobierno en su proceso de instalación tiene problemas, la Alianza no estuvo exenta de este tema”.

El senador DC Jorge Pizarro acotó que le habría gustado que el vocero, Álvaro Elizalde, hubiera «reconocido que ha habido errores y se están corrigiendo, y punto», aludiendo a que el ministro de la Segegob señaló el miércoles que no se hacían ninguna autocrítica.

Aunque las razones del diputado Espinoza tengan más de vendetta al escalonismo y lo de Girardi a factura, de fondo igual hay un cuestionamiento al estilo de Aleuy.

Ayer, en La Moneda, el senador Alejandro Guillier (independiente pro PRSD) apuntó precisamente a eso y habló de una tendencia centralista “muy fuerte” que llevó a cometer errores en las designaciones. “Si se hubiera escuchado a los representantes locales el gobierno central se habría ahorrado los cuestionamientos (…) En Antofagasta, la persona que quedó como gobernadora era la que originalmente entre el intendente, los parlamentarios, los partidos políticos habíamos propuesto; o sea, si nos hubiesen escuchado se habrían evitado un problema”.

Le mandó un mensaje a Aleuy. Dijo que espera que este “tipo de topones” sirvan de lección y que haya un cambio de actitud, “porque lo que se espera de este gobierno es que no siga haciendo lo que hacen otros y que el principio de descentralización se haga efectivo desde el momento del nombramiento de las autoridades mismas”.

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