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Cardenal Errázuriz defiende rol de Juan Pablo II en casos de pederastia de sacerdotes

Cardenal Errázuriz defiende rol de Juan Pablo II en casos de pederastia de sacerdotes

«Fue él (Juan Pablo II) el que con toda claridad dijo que no tienen cabida en la Iglesia aquellos sacerdotes que abusan de niños y tomó una orientación muy clara», reconociendo de paso que «no siempre llegó a condenar a algunas personas que también tenían mucha fama de aparente santidad», explicó.


El cardenal Francisco Javier Errázuriz defendió este domingo el rol que tuvo Juan Pablo II en los casos de pederastia que protagonizaron algunos sacerdotes, aunque reconoció que no siempre llegó a condenar a personas que “tenían mucha fama de aparente santidad”.

En declaraciones a radio Cooperativa, Errázuriz precisa que «fue él (Juan Pablo II) el que con toda claridad dijo que no tienen cabida en la Iglesia aquellos sacerdotes que abusan de niños y tomó una orientación muy clara», reconociendo de paso que «no siempre llegó a condenar a algunas personas que también tenían mucha fama de aparente santidad».

El prelado agregó que «creo que a él lo convencieron de que los rumores eran falsos», al plantear «la dificultad de poder tener la certeza de que aquí hubo un delito».

Agregó que cuando era arzobispo de Santiago también le toco hacer frente a situaciones de pederastia, señalando que «me tocó enfrentar dos casos. En el primer caso rápidamente la Santa Sede tomó la decisión de que no siguiera el estado clerical (el acusado)».

«El segundo caso fue más difícil, porque los procesos se inician cuando el obispo cree que son verosímiles las acusaciones y como esa persona -hablamos del padre Karadima- tenía una enorme fama, había enviado muchísima gente al Seminario, tardó más en que se llegara a la seguridad de que aquí había algo verosímil», dijo.

Explicó que las acusaciones son hechos en los que no hay pruebas ni testigos, por los que es natural que “cuando alguien hace una acusación y de inmediato no se hace una condena, eso es muy doloroso (…) las personas generalmente quedan muy indignadas».

Asimismo, señaló que al interior de la Iglesia Católica «hay una deuda de gratitud muy grande hacia ambos papas», Juan XXIII y Juan Pablo II, «el primero por haber convocado al Concilio Vaticano II, que provocó en la Iglesia una enorme vitalización».

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