A una semana de las elecciones en la Fech, la líder estudiantil criticó la intervención externa al Mineduc y la ausencia de Michelle Bachelet en el debate de la Reforma Educacional.
Tras un año marcado por un nuevo escenario político y con un gobierno bajo el mandato de la Nueva Mayoría, sumado a los primeros proyectos de la Reforma Educacional, que plantean un acercamiento a las demandas históricas del Movimiento Estudiantil y la búsqueda de una educación pública, gratuita y de calidad, Melissa Sepúlveda, presidenta de la FECH, hizo un balance del año, para un movimiento estudiantil que vio agudizadas sus diferencias internas.
«Este ha sido un año particularmente complejo para el movimiento estudiantil: un escenario nuevo, con un gobierno que traía una serie de consignas o discursos muy cercanas a nosotros pero que en el camino se fue develando que no eran tan convergentes. También ha sido un camino bastante tortuoso y contradictorio por parte del Ministerio de Educación, que ha hecho difícil tener claridad sobre cuál es la propuesta que tiene el gobierno en materia educacional», declaró la estudiante de medicina a La Tercera, al tiempo que agregó que el gobierno ha desarrollado un acercamiento hacia los sectores más conservadores, de derecha y religiosos.
Otro punto que ha complejizado el panora, según la vocera de la Confech, es la gran cantidad de actores que hablan sobre educación, «ya no es solamente la dualidad, como fue en un momento estudiantes-gobierno, ahora hay muchos actores que proponen, que critican». Diferencias que no han logrado opacar una de las ganadas del Movimiento Estudiantil, como lo fue el DFL2. «No existía ese eje de democracia que nosotros insistimos en poner sobre la mesa», dijo.
Respecto al accionar del ministro Nicolás Eyzaguirre, Sepúlveda establece que ha sido un «Ministerio de Educación muy intervenido, donde cada coyuntura política ha determinado que se suma un asesor más, se mueve alguien para allá, se desplaza el eje político hacia acá, y eso ha generado un clima de incertidumbre dentro de la población chilena y se ve en las encuestas».
En cuanto al gobierno, la vocera de la Confech hace un lectura crítica: «Lo que hemos visto es un ir y venir del gobierno, tensiones al interior de la Nueva Mayoría y posiciones muy contrarias. Nos damos cuenta que lo que decíamos del programa a principios de año era real: que la cohesión que entregaba era a raíz de su ambigüedad. La reforma educacional está tensionada como un elástico». Además, agregó que «el gobierno, en general, ha estado más bien preocupado de sacar adelante sus reformas, independiente del cómo y del contenido, como chequeando una lista de supermercado más que viendo cuáles son los procesos que se están desarrollando y la profundidad que éstos tienen que tener para obtener resultados no sólo en el corto plazo, sino en el mediano y en el largo».
A pesar de reconocer fuerza y liderazgo en la Presidenta Michelle Bachelet, la dirigenta estudiantil opina que también ha sido «una Presidenta bastante ausente, sobre todo en este debate –Reforma Educacional–, lo que hace pensar que no se está arriesgando el capital político de Michelle Bachelet en esta reforma, sino que viene para más adelante y, probablemente, con el tema constitucional, que va a generar más rechazo y probablemente una ofensiva más fuerte por parte de la derecha»
Son diversas las tensiones que se han desarrollado al interior de la Confech, un panorama diferente al de los años anteriores, ya que hay un número de federaciones que hoy son parte de la Nueva Mayoría, lo que ha traído algo más que un roce al calor de las discusiones políticas.
En cuanto a las críticas que se han realizado al llamado «Bloque de conducción de la Confech», Sepúlveda aclara que las críticas provienen de sectores del gobierno (las juventudes de los partidos de la Nueva Mayoría, como las JJ.CC.). «Tienen una parte importante también de federaciones y eso hace que a veces las críticas del gobierno parecieran venir del propio movimiento estudiantil. Es un escenario político muy diverso… si bien hay posturas distintas, lo que tiene que prevalecer siempre son los procesos de discusión y reflexión de los estudiantes de base, de los compañeros, en este caso, de las universidades, y eso se ha respetado durante este año».
Respecto a su conducción al interior de la Confech, Melissa Sepúlveda, declara que: «Ha sido un proceso desgastante, pero también de mucho aprendizaje. Aprender a que no todo está zanjado, sino que éste es un campo abierto de disputa y creo que así ha quedado claro durante todo el año».
El próximo año se enviarán los proyectos de ley que abarcan a la educación superior, respecto de lo cual, la dirigenta, que está a una semana de dejar su cargo debido a las elecciones en la Fech, estableció que «el movimiento estudiantil tiene una responsabilidad gigantesca porque lo que está pasando hoy en educación es síntoma de lo que está sucediendo en nuestro país: la generación de apertura, que no es la voluntad natural de los partidos políticos, sino es una apertura forzada por el propio movimiento social; su capacidad de movilización, su masividad, la capacidad que ha tenido también de ir desestabilizando el statu quo y las políticas de los consensos».
