Lucas Sierra, subdirector del Centro de Estudios Públicos, pidió racionalidad al momento de discutir una ley que cambie la relación entre el dinero y las campañas. «Lo peor es legislar en caliente», dice, y agrega que «la beatería» con que la clase dirigente aborda el asunto «no es buena consejera».
En medio de los escándalos por los casos Penta, todas sus aristas y Caval, entre otros, cada vez se habla más de modificar la ley de financiamiento a la política que tiene doce años. En ese contexto los centros de pensamiento han ido difundiendo sus ideas. Uno de los más influyentes, ligado al mundo empresarial, es el Centro de Estudios Públicos (CEP), que prepara al menos una publicación al respecto para influir en el debate.
En esa línea el subdirector de la institución, Lucas Sierra defiende el sistema actual, aclarando que la situación no es terminal y que si bien se necesitan modificaciones hay que hacerlas con racionalidad. «El peor contexto para legislar es un escenario en caliente respecto de casos concretos, hay que esperar que decanten y legislar con la mente fría, con racionalidad y eso está faltando. También hay que ver cómo funciona del nuevo sistema electoral», dice en entrevista con La Segunda. «En Chile tenemos todavía una clase política comparativamente muy buena, un sistema político democrático profesional, sujeto a reglas, y eso hay que cuidarlo, con mejoras institucionales y no con altisonancia moral», agrega
Respecto del proyecto sobre financiamiento a la política enviado por el Ejecutivo a fines del año pasado, el abogado señala que «es errado, porque se apura. Y prácticamente impide el financiamiento privado y aumenta el estatal, con lo cual el peligro es reducir la competencia, entendida como la posibilidad de desafiar al incumbente. Pues el financiamiento estatal es ex post: resultado de la elección y te subsidian. Un desafiante lo necesita ex ante«.
Para Sierra un problema es la «altisonancia moral» con la que se discute este tema en la opinión pública, incluida la clase política. «La plata es como el agua en los techos, se abre paso, por eso hay que abrirle canaletas lo más formales posibles para que circule… si no, se va a escurrir, de todas maneras. Por eso que la beatería no es una buena consejera. Hay una izquierda muy beata y una derecha muy beata, y eso tiene que ver con frases hechas como hablar al Twitter», afirma.
El investigador cree que existen «hechos criticables y tienen que ser investigados y sancionados si se logra probar que hay faltas a la ley, pero esta reacción histérica que se ha producido frente al financiamiento de la política buscando culpables precisamente en el mecanismo violado, es extraña y preocupante. Los escándalos (Penta y derivados) han ocurrido al margen del sistema establecido y la reacción ha sido apuntar al mecanismo formal de donaciones», afirma.
