El senador por la Octava Región insistió en cuestionar el manejo de la crisis desatada por el caso Penta, pero descartó que sus públicos cuestionamientos influyeran en el fin de la mesa directiva más breve en la historia del partido gremialista. Aseguró además que no será candidato a presidir la colectividad.
Tal vez la razón más evidente para la renuncia de Ernesto Silva a la presidencia de la UDI, al menos en el texto que leyó en la sede del partido, fue la serie de críticas a su gestión que hicieron algunos alcaldes y parlamentarios en lo que se formó como un frente de disidencia a su mesa. «En los últimos días declaraciones de nuestros dirigentes del partido han cuestionado y afectado esa unidad», dijo Silva justo antes de comunicar que renunciaba.
Se refería a las críticas que han venido desde algunos alcaldes como Francisco de la Maza y Rodolfo Carter. Pero más claramente al senador Víctor Pérez, que compitió por el puesto con él y que en medio de la crisis por el caso Penta, cuestionó la conducción de Silva y que no supiera leer el contexto de los acontecimietos. “La soberbia nos ha llevado a la situación en que estamos”, dijo Pérez el lunes.
Sin embargo, hoy, desde el senado Víctor Pérez valoró el gesto de Silva y aseguró que la unidad del partido no está en cuestión, enfatizando que su pública posición disidente no influyó en la decisión conocida hoy. «Para nada, yo creo que las críticas no son la causa de la renuncia. En política nadie tiene la rueda de la fortuna ni menos la verdad sobre cómo se están realizando las cosas, menos al interior del partido. Por lo tanto, hay que tener tolerancia. Reitero que la estrategia que se ideó fue claramente equivocada. Pero esa es una crítica que se tiene que tomar con tolerancia. Pero decir que una crítica política contribuye a una renuncia, a mí me parece que no», dijo Pérez y aseguró tajante que no será candidato.
