Timonel de la UDI culpa a las deudas de campaña
«A mí me causó mucho dolor, y por cierto, que nadie puede aplaudir una situación de esta naturaleza. Y claro, tiene una presentación muy inequívoca, pero para quienes lo conocemos le damos el principio de la buena fe; pero quienes no lo conocen, probablemente lo juzgan duramente», explica el presidente de la comisión de Ética del Senado.
El senador y presidente de la UDI, Hernán Larraín, buscó la forma de justificar la entrega de boletas ideológicamente falsas de parte del senador de su partido, Jaime Orpis, a la empresa Corpesca, del grupo Angelini, señalando que el legislador «debe haber estado con mucha angustia económica».
En declaraciones a El Mercurio, Larraín sostiene que la crisis institucional por la que atraviesa el país es la peor desde el retorno de la democracia, indicando que en este caso se juntan muchos hechos, «particularmente la grave desconfianza ciudadana en los políticos, en la política y en los partidos, cuestión que debilita la democracia y al mismo tiempo ha logrado frenar el desarrollo y los avances que se habían logrado en los anteriores 25 años».
En ese sentido, el timonel del gremialismo afirma que el escenario que se dibuja a futuro es «como una página en blanco, con un enorme signo de interrogación, por lo que dependerá del Gobierno retomar el camino e ir corrigiendo los errores cometidos».
El senador también señala que desconocía lo que acontecía con Orpis y las boletas a Corpesca, añadiendo que era algo irregular y que se hace parte de las prácticas que se han instalado en buena parte del espectro económico.
«Y tratándose de Jaime, me imagino que para haber dado ese paso tuvo que haber estado con mucha angustia económica por la deuda inmensa que quedó después de su campaña», trata de explicar el presidente de la UDI.
Sin embargo, justifica que Orpis no buscaba el enriquecimiento personal ni tampoco influir en su voto por un aporte económico, sino que «simplemente buscando cómo enfrentar esas deuda».
Añade que «eso obviamente no lo mira la ciudadanía, que no conoce su obra y su trabajo. Entonces, ahí hay un problema que obviamente genera una tensión difícil de resolver».
Además, Larraín admite que saber lo que estaba aconteciendo con Orpis le causó «mucho dolor, y por cierto, que nadie puede aplaudir una situación de esta naturaleza. Y claro, tiene una presentación muy inequívoca, pero para quienes lo conocemos le damos el principio de la buena fe; pero quienes no lo conocen, probablemente lo juzgan duramente».
Respecto a si las acciones del senador Orpis son constitutivas de delito, el presidente de la comisión de Ética del Senado expresa que de acuerdo a lo que ha podido de parte de su colega, «sus actos serían malas prácticas, de irregularidad, pero no necesariamente acto delictual o penal».
