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Barra brava de Novoa tensiona a la UDI Núcleo duro del jovinismo se resiste a abandonar defensa corporativa

Barra brava de Novoa tensiona a la UDI

La nueva mesa directiva que lidera Hernán Larraín ha intentado sacar a la UDI de tribunales y limitar el apoyo corporativo a los militantes involucrados en el Caso Penta, especialmente a Jovino Novoa, pero se ha topado con la resistencia de un férreo grupo de parlamentarios, que volvió a insistir en adoptar una postura institucional en pro del ex coronel.


Si la mesa directiva de Ernesto Silva apostó por institucionalizar la defensa de los dirigentes involucrados en el Caso Penta, la llegada de Hernán Larraín a la presidencia del partido suponía un viraje en la estrategia. Pero, en realidad, nunca existió mucho espacio para eso. Luego del respaldo a los dirigentes en el Consejo General, al poco tiempo de asumir Larraín, el núcleo duro de apoyo a Jovino Novoa forzó a instaurar el concepto de persecución política contra la UDI y organizó una procesión a tribunales durante la primera audiencia de formalización del ex senador, en la que desfilaron ex presidentes de la colectividad, diputados y militantes.

Si bien Larraín afirmó que la directiva no asistiría a la audiencia de formalización para no dar señales políticas erróneas, dejó a los militantes en libertad de acción. Y fueron justamente dos de los miembros de la directiva, Domingo Arteaga y Jorge Manzano, quienes coordinaron la actividad. La semana pasada, el núcleo duro de este grupo, encabezado por Ernesto Silva, volvió a plantear a la directiva la necesidad de la defensa institucional de Novoa.

[cita]En el último almuerzo de la bancada en el Congreso, el martes pasado, estuvo presente Hernán Larraín. Durante el encuentro, además de analizar el escenario de las próximas elecciones municipales y las preocupación de los candidatos a alcaldes, quienes han sostenido que serán los primeros en resentir los efectos del Caso Penta, Ernesto Silva tomó la palabra para solicitar endurecer la oposición, las críticas al Gobierno, al tiempo que insistió en que se debía institucionalizar la defensa de Novoa.[/cita]

En el último almuerzo de la bancada en el Congreso, el martes pasado, estuvo presente Hernán Larraín. Durante el encuentro, además de analizar el escenario de las próximas elecciones municipales y las preocupación de los candidatos a alcaldes, quienes han sostenido que serán los primeros en resentir los efectos del Caso Penta, Ernesto Silva tomó la palabra para solicitar endurecer la oposición, las críticas al Gobierno, al tiempo que insistió en que se debía institucionalizar la defensa de Novoa.

“Frente a la compleja situación judicial, el partido debe asumir una postura institucional y endurecer el rol de la oposición”, afirmó el ex presidente y sobrino de Carlos Alberto Délano. Sin embargo, se topó con la negativa de Larraín y de otro miembro de la directiva, el que, al respecto, comentó: “Se entienden las relaciones humanas y personales, estamos al lado de la gente que atraviesa una situación compleja, pero no es una circunstancia que tiene que enfrentar el partido de forma institucional. En eso tiene que haber acuerdo”.

Precisamente, el principal objetivo de Larraín era “sacar al partido de los tribunales”, pero sus intenciones se han topado con la resistencia del sector más poderoso del partido, los protegidos de Novoa. Los mismos que sus detractores acusan de ser beneficiaros de los aportes que el hombre del talonario conseguía entre el empresariado. “Es cosa de mirar la cantidad de aportes reservados que tienen esas siete u ocho personas, entre las que se cuentan Javier Macaya y María José Hoffmann y otros históricos, como Jorge Ulloa, son los mismos que estaban presentes ese día. Todos tienen estrechas vinculaciones con el tema”.

A esta altura, los sectores más lejanos al jovinismo se sienten algo resignados. “Hay que ser realista, Larraín está moviendo las piezas en la medida de lo posible, está tratando de hacer algo, pero sin tener el piso suficiente, ha habido poco espacio para el viraje. Seguimos inmovilizados, las posiciones no se han movido un pelo”, comentó otro parlamentario crítico de Novoa.

“Cambiamos los nombres, pero los problemas son los mismos de siempre. El grupo de Novoa está debilitado, pero se mantienen cohesionados y muy duros en sus planteamientos”, explica un parlamentario en relación a la postura que ha adoptado este grupo desde que asumió Larraín.

En esa misma línea, otro parlamentario asegura que las dos posiciones internas con respecto a cómo enfrentar el panorama judicial que afecta a miembros del partido no se han modificado. “Esto no es nada nuevo, sigue la misma disputa de siempre. No avanzamos ni un milímetro. Existen dos visiones internas, los que están con Novoa y los que no, y eso no va a cambiar”.

Sobre la performance realizada en tribunales, que incluyó enfrentamientos con grupos de izquierda que asistieron a funar a los formalizados, un diputado comentó: “Respeto la decisión personal de algunos de asistir, pero creo que el presidente del partido fue claro. Lo mejor era no asistir porque se dio una señal política a la ciudadanía. No se respetó lo que planteó Larraín. En todo caso, no es una oposición sistemática, sino acciones aisladas de este grupo. Estamos haciendo un esfuerzo grande, pero no es fácil avanzar así”.

Este lunes continuará la formalización de Novoa en el Centro de Justicia y se espera que varios dirigentes nuevamente lo acompañen, pero esta vez será un grupo más reducido. “Varios volverán a ir a la formalización. Obviamente eso no ayuda en nada”, concluye un detractor de Novoa, convencido de que el tema seguirá igual por un largo tiempo. Al menos hasta que Sabas Chahuán termine su periodo y se nombre a un nuevo Fiscal Nacional, que deberá contar con la venia de la Cámara Alta, incluidos los senadores gremialistas.

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