El abogado cercano a la DC se desempeña en al actualidad como asesor del Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
La Presidenta Michelle Bachelet envió un oficio el pasado 7 de septiembre al Senado donde propone el nombramiento del abogado Enrique Rajevic Mosler en el cargo de Contralor General de la República.
El cargo ha estado vacante desde el 10 de abril, día en que el anterior contralor, Ramiro Mendoza, ofició su última cuenta pública.
Rajevic es abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y cercano a la Democracia Cristiana. Su candidatura fue apoyada por el ministro del Interior, Jorge Burgos.
Además es Máster en Política Territorial y Urbanística, y Doctor en Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid. Fue asesor en el Comité Interministerial de Modernización de la Gestión Pública y de la Agenda de Probidad y Transparencia de la Presidencia.
Además, entre 2009 y 2013 fue Director Jurídico del Consejo para la Transparencia. Actualmente es asesor del ministerio de Vivienda y Urbanismo, cargo que ha ejercido en diversos períodos. En dicha cartera también se desempeñó como jefe de gabinete.
La revista Qué Pasa publicó el viernes pasado un artículo donde se consigna que la candidatura de Enrique Rajevic perdió fuerza al interior del Senado, luego que circulara entre los parlamentarios una columna de opinión escrita por el propio abogado en El Mostrador.
Se trata del texto: “Tribunal Constitucional: el dedo del Senado”, publicado el 15 de enero pasado, donde Rajevic manifiesta una crítica al rol que juega la Cámara Alta en los diferentes procesos de designación de autoridades del Estado, incluido el del contralor. En esa línea, compara los procesos chilenos con el “rigor” con que el Senado de Estados Unidos realiza sus designaciones.
“La puntería del dedo senatorial no es infalible, por desgracia, y la forma de operar revela, más bien, la desconexión entre los partidos y la sociedad (…) y la priorización de la lealtad de los nombrados por sobre sus atributos duros y la legitimidad social del proceso”, escribió entonces Rajevic.
