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Sequía, desertificación y degradación de suelos: 5,5 millones de personas viven en zonas de alto riesgo

Sequía, desertificación y degradación de suelos: 5,5 millones de personas viven en zonas de alto riesgo

57,5 millones de hectáreas, donde vive el 65% de la población nacional, son afectadas por los tres problemas. Las regiones con situaciones más críticas son las ubicadas entre la IV y la VIII.


El 76% de la superficie del país está afectado por sequía, desertificación y suelo degradado, consigna hoy El Mercurio.

El 80% de los suelos chilenos tiene signos de degradación, el 22% presenta algún grado de desertificación y el 72% consecuencias de la sequía. Debido a estas alarmantes cifras, Chile está actualizado su mapa de riesgo ante la Convención de la ONU para la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

57,5 millones de hectáreas, donde vive el 65% de la población nacional, son afectadas por estos tres problemas.
Las regiones bajo condiciones más críticas son las que se encuentran entre la IV y la VIII, donde se concentra el 70% de las comunas que simultáneamente presentan síntomas graves de sequía, desertificación y degradación.

Para dar con cifras sobre los efectos derivados del cambio climático se analizaron y cruzaron antecedentes sobre lluvias y temperaturas de los últimos 60 años, catastros de vegetación, riesgos de erosión y estadísticas de la Dirección General de Aguas, e indicadores socioeconómicos y de recursos naturales y medioambientales. Entre estos últimos se consideraron los incendios forestales entre 1985 y 2014 y las quemas agrícolas entre 2008 y 2013.

Los alcances de la pérdida de variabilidad y productividad ecológica y económica de los suelos chilenos y la determinación de cuáles son las zonas más conflictivas han configurado un nuevo mapa de riesgo.

Su antecedente, el “Mapa preliminar de la desertificación de Chile” fue elaborado por la Corporación Nacional Forestal, Conaf, en 1999 e indicaba que el 93% de las 290 comunas que analizaba tenían algún grado de desertificación.

Efraín Duarte, ingeniero forestal de la consultora Sud Austral y autor del estudio, dijo a El Mercurio que “en términos globales el alcance no ha variado mucho. Pero lo que antes era un problema moderado pasó a ser grave. Los sistemas de prevención están fallando”. Y en este fenómeno los últimos siete años de sequía han sido definitorios.

Ángelo Solario, coordinador nacional de Bosques y Cambio Climático de la Conaf, explica que los resultados del nuevo mapa de desertificación muestran que los instrumentos estatales aplicados hasta el momento no han atacado el conflicto central y se requieren “nuevos enfoques”.

El diagnóstico actualizado aplica los nuevos conceptos determinados por la Convención de la ONU en 2015 para definir los lineamientos en la materia. Así, por ejemplo, si la erosión y pérdida de productividad biológica y económica afectan a suelos que ya tienen aridez, el fenómeno pasa a ser desertificación. La sequía se entiende como un problema aparte que agudiza la desertificación y la erosión de los suelos.

Antes de ser presentados a la Convención de la ONU, los resultados del estudio se harán públicos entre servicios públicos y cooperativas agrícolas en distintas regiones.

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