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La oligarquía de la Concertación y la Universidad de O’Higgins Redes políticas tras cuestionado plantel anunciado por Bachelet

La oligarquía de la Concertación y la Universidad de O’Higgins

Elegir levantar un instituto audiovisual en San Fernando ha significado una lluvia de críticas en la Sexta Región. La escuela, que estaría a cargo del cineasta Miguel Littin, no solo es objetada por quienes creen que hay otras prioridades en la zona, sino que también por quienes acusan que la decisión es arbitraria y demuestra solamente una reproducción del poder político central.


El sábado 5 de diciembre de 2009, más recuerdos se agolparon en Villa Grimaldi. Ese día, en el centro de tortura y exterminio, flanqueados por el sol, decenas de asistentes veían proyectada parte de la historia de Chile. La recién estrenada Dawson (Isla 10), del cineasta Miguel Littin Cucumides, era observada y aplaudida por los asistentes, que al final de la jornada escucharon las palabras que el senador Juan Pablo Letelier escribió en una carta.

Para Letelier estar presente era obvio: en dictadura, su padre fue destinado a la isla en la Patagonia durante ocho meses. Pero la presencia del senador también reflejaba, para otros, la cercanía entre Letelier y Littin, fraguada hace tiempo, sobre todo por los cargos políticos que ambos han tenido en la Región de O’Higgins. Letelier fue diputado por el distrito 33 (Graneros, Requinoa y Rengo, entre otros) durante tres períodos, entre 1994 y 2006, antes de ser senador por O’Higgins. Littin fue alcalde de Palmilla (Colchagua, Sexta Región) entre 1992-1994 y fue reelecto para el período 1996-2000.

De hecho, en las escenas de la película de Littin también se podían ver como “extras” a varios de los cercanos a Letelier en la zona, como Óscar Ávila, actual presidente regional del PS, Core y asesor del Intendente. También al actual seremi de Gobierno, Mauricio Valderrama, cercano a Letelier, esposo de la editora de El Rancagüino; Alejandra Sepúlveda (no es la parlamentaria), quien a su vez es mano derecha de Littin en el Instituto Audiovisual, una de las más comentadas apuestas de la Universidad de O’Higgins.

“La familia Littin es muy conocida en la zona y a él lo conocí cuando era alcalde, pero no somos amigos. Si ustedes están reduciendo la universidad a Miguel Littin, están festinando la información. El instituto no tiene que ver con un eje de la universidad, cero. No es que yo no crea en las artes, pero simplemente no tiene que ver con el eje”, señala el senador Juan Pablo Letelier.

Cine en San Fernando

Es justamente la creación del Instituto de Estudios Audiovisuales (IEA) en San Fernando, uno de los comienzos más cuestionados de la Universidad de la Sexta Región; una tarea a cargo de Littin y que debería empezar a funcionar hacia fines de este año.

“No es lo que la gente y jóvenes esperaban… No tiene que ver con la identidad de la región”, señala la diputada independiente Alejandra Sepúlveda. “En una reunión con el rector y otros diputados, le pedí a este (Correa) que me explicara cuáles fueron los métodos para definir las carreras. ¿Por qué no se implementaban carreras de Agronomía o carreras agroindustriales? Por ejemplo, le expliqué que tenemos el Valle de Colchagua y los valles agrícolas más importantes de la región”, señala la parlamentaria.

El Mostrador contactó al Ministerio de Educación para abordar en qué situación se encuentra el instituto del cine y por qué se decidió abortar la apertura de carreras de pregrado en San Fernando para 2017, sin embargo, desde la cartera a cargo de Adriana Delpiano señalaron que todavía estaban recabando los antecedentes que se presentarían ayer en la sesión especial de la Cámara, para dar a conocer precisamente la situación de la universidad.

La creación de una universidad en la región es una promesa de Michelle Bachelet y un anhelo muy antiguo en la zona. De acuerdo con el documento “Estrategia Regional de Desarrollo 2011-2020 del Gobierno Regional de O’Higgins”, en la región funcionan 18 instituciones de educación superior. De estas, dos planteles corresponden a centros de formación técnica, ocho a institutos profesionales y ocho a universidades, estatales y privadas.

“Ante la ausencia de universidades de excelencia en la Región del Libertador Bernardo O´Higgins, los jóvenes que egresan de enseñanza media con posibilidad de acceder a la Educación Superior en un plantel universitario estatal, emigran a otras regiones cuando sus medios económicos y sociales así lo permiten”, señala un documento de la comisión ejecutiva para la creación de este plantel, que inició sus tareas el 11 de julio de 2014 y que –con la ayuda de 25 personas representativas de la realidad local y nacional– concluyeron un documento para sumar distintas opiniones sobre la materia.

Para muchos de quienes participaron en la comisión, si bien un instituto audiovisual es aplaudido, no era una necesidad primaria en la zona y más bien muestra que los intereses educacionales han sido postergados por los políticos.

[cita tipo= «destaque»]El ex parlamentario Esteban Valenzuela dice que finalmente las regiones se transforman en pequeños feudos que se reparten cuando se tiene enfrente un nuevo proyecto. “Lo que es terrible es que aparezca un instituto de Cine en San Fernando, cuando ahí siempre se peleó por que estuviera educación o agricultura. Eso demuestra que hay veto, descriterio, abuso de poder y una oligarquía. Yo no iría ni a Littin ni a Letelier, porque es como ir a las consecuencias. Esto es un error del modelo de la Concertación y de la Presidenta”, señala.[/cita]

Es lo que algunos críticos de cómo se ha desarrollado el proceso de instalación de la nueva universidad, apuntan como la “oligarquía de la Concertación”.

Se refieren a Letelier, a Littin y también a los Cucumides, con fuerte impronta en la zona. Carolina Cucumides, gobernadora de Colchagua y sobrina de Littin, formó parte del equipo de Programación del comando de Bachelet y también fue parte del círculo más cercano del ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo. Su hermano, Héctor Cucumides, fue el encargado de las facturas –también en el comando– y en el anterior gobierno de Bachelet cumplió labores en la Dirección de Obras Portuarias, cuando Sergio Bitar estaba en el MOP.

“El poder del Estado central es tan grande que no te queda espacio para la disidencia, entonces los brokers se desplazan para tener el poder político y los negocios, como si fuera una capital de señores feudales… También buscan operar los negocios que se derivan de los negocios del Estado. Para mí este Instituto es el pago a la familia de Littin y también es el pago de Michelle Bachelet”, señala Edison Ortiz, historiador y ex miembro de la comisión política del PS.

El ex diputado por el distrito 32 (Rancagua), Esteban Valenzuela, ha participado no solo en las conversaciones anteriores por la creación de una universidad en la región, sino que también en los intentos por lograrla. Sin embargo, no fue convocado a la última comisión. “No me importa que no me llamaran, lo enervante es que se vuelve al centralismo extremo. Esto es una mezcla de alianza de lobby de algunos parlamentarios con la U. de Chile y la oligarquía de la Concertación. Yo estoy de acuerdo con Littin en que la universidad no solo tenga carreras mineras y agrícolas, concuerdo con su impresión de que tenga arte y educación, pero se parte al revés”, sostiene Valenzuela.

El ex parlamentario dice que finalmente las regiones se transforman en pequeños feudos que se reparten cuando se tiene enfrente un nuevo proyecto. “Lo que es terrible es que aparezca un instituto de Cine en San Fernando, cuando ahí siempre se peleó por que estuviera educación o agricultura. Eso demuestra que hay veto, descriterio, abuso de poder y una oligarquía. Yo no iría ni a Littin ni a Letelier, porque es como ir a las consecuencias. Esto es un error del modelo de la Concertación y de la Presidenta”, señala Valenzuela.

Mauricio Donoso, de la comisión U. Sexta Sur –una ONG creada en abril de 2014, cuando se discutía el proyecto universitario– tampoco le encuentra sentido a que exista un Instituto de Cine como parte de los primeros pasos de la nueva universidad. “Consideramos interesante explorar las artes visuales, sobre todo si es con un destacado cineasta como Miguel Littín, sin embargo, el instituto no tiene relación alguna con la demanda de la zona. Acá hay demandas directamente relacionadas con el activo productivo de la zona: que es la agricultura. Lamentamos esta decisión. Era una oportunidad indiscutida para dar una necesaria identidad universitaria a esta área. Un instituto de cine no generaría un polo de desarrollo”, se queja Donoso.

La batalla de Rancagua

Pese a la intención de iniciar sus actividades en marzo del 2017, voces críticas, provenientes del oficialismo y la oposición, han surgido en relación con la puesta en marcha de la Universidad de O’ Higgins en Rancagua.

Más de cincuenta diputados se sumaron a un escrito, presentado en la Cámara Baja, redactado por Sergio Espejo (DC), en el cual se acusaba desconocimiento sobre el desarrollo académico, las razones de impartir carreras, la identidad del cuerpo académico y los recursos físicos y docentes disponibles, de la futura universidad pública rancagüina. El documento convocó además a los ministros de Educación, Hacienda y Segpres a una sesión en el Congreso, para explicar la situación de los planteles de Aysén y O’Higgins este 17 de agosto. “Esta universidad ha sido abandonada por las autoridades del Ministerio de Educación y eso es inaceptable. Se ha jugado con las expectativas de los estudiantes de O’Higgins”, dijo el parlamentario DC.

En esa misma línea, la diputada Alejandra Sepúlveda –quien mandó un requerimiento a la Contraloría para saber en qué condiciones se encuentra el establecimiento– acusó al rector Rafael Correa de privilegiar el amiguismo en la designación de puestos, por sobre el mérito, en relación con los concursos públicos para acceder a puestos de trabajo que el plantel realiza.

Consultada sobre este punto, la independiente dijo a El Mostrador que los concursos estaban recién comenzando y que “todavía no sabemos el éxito que pueda tener ese concurso… Lo complejo es el nivel de incertidumbre que tenemos de este proyecto”, argumentó.

Una de las aristas que motiva la redacción del escrito es saber en qué sede la Universidad de O’ Higgins comenzará sus actividades en marzo próximo. En un comienzo el plan del Ministerio de Educación era montar el plantel en el ex Hospital Regional de Rancagua (con 13 carreras, como Agronomía, Ingeniería y otras ligadas a la Salud y Educación), sin embargo, el mismo rector Rafael Correa ha expresado, en más de una ocasión, que habrá demoras en la instalación de dicho campus.

“El próximo año ingresamos entre 600 y 700 estudiantes. Estamos armando un plan para terminar parte de ese edificio que corresponde a un cuarto del inmueble, en marzo del 2017, porque la remodelación completa la tendremos en diciembre del 2017”, explicó Correa a la prensa.

Según publicó el diario El Tipógrafo, Correa no aceptará un lugar que no cumpla con los estándares para iniciar las clases en 2017. Es más, el diario de la ciudad de Rancagua afirmó que el rector se encuentra evaluando doce colegios, y vendría siendo el María Luisa Bombal el que más se acerca a las exigencias que propone el Mineduc, hecho que provocó la molestia de los estudiantes del liceo, con un intento de toma. Un escenario similar ocurrió en uno de los colegios que estaba siendo evaluado por las autoridades, el Liceo Francisco Tello, el cual fue tomado por el alumnado.

Luis Berwart, alcalde de San Fernando (independiente), dice que esperaba más carreras de pregrado en una primera fase y acusa “poca comunicación con el rector Rafael Correa”.

El ex rector de la Universidad de Chile, quien presidió la comisión por la universidad regional, Luis Riveros, indica que “el problema con la UOH es que se avanzó con migas, y terminamos con una universidad en que, en teoría, lo único concreto es este instituto de cine y comunicación. No escuché nunca más hablar sobre agroindustria, minería, y tampoco sobre innovación en las carreras”.

El rector de la Universidad de O’Higgins, Rafael Correa, en tanto, sí defiende la existencia del Instituto Audiovisual. “Encuentro terribles las opiniones en contra (del instituto) que podríamos crear teniendo como líder a Miguel Littin, una persona conocida en el mundo entero. Es un lujo para la universidad contar con una persona como él dirigiendo un instituto audiovisual. Hay que decir que eso cualquier universidad en Chile se lo querría. Esto es pura ganancia para la universidad sin costo. Además, no viene a reemplazar a ninguna carrera. Yo tomé el instituto del informe que evacuó la comisión y, si no hubiera estado ahí, también lo habría incluido”, afirmó Correa.

Consultado por El Mostrador, Miguel Littin señaló que no se referiría al tema.

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