Publicidad
La semana en que el PS estuvo como fierro caliente Desde la disputa presidencial a la renuncia de la ex ministra Quintana

La semana en que el PS estuvo como fierro caliente

Marcela Jiménez
Por : Marcela Jiménez Periodista de El Mostrador
Ver Más

En el partido afirmaron que Isabel Allende se equivocó medio a medio al abrir la puerta a un acuerdo, porque con ello no está entendiendo que lo que quiere la militancia es debatir y votar, no que le impongan un candidato. Diversas fuentes de la colectividad coincidieron en que la parlamentaria no se atreve a competir con el ex Presidente Lagos y que su apuesta es lograr un cupo a senadora en la V Región, por lo que un acuerdo político podría favorecer sus eventuales planes.


Pueden parecer hechos aislados, una casualidad que se generaran todos en una misma semana, pero lo cierto es que en el propio PS consideran que la seguidilla de episodios que han vivido estos días son el reflejo de un problema mayor: de un profundo desorden político interno provocado por la falta de una eficiente conducción política desde la dirigencia máxima de la colectividad, sumado a un distanciamiento de esta con las bases y un cuestionamiento que atraviesa a las huestes socialistas por la ausencia de un verdadero proyecto político a mediano plazo. Todos estos factores están confluyendo al mismo tiempo y amenazan con desatar una tormenta perfecta en el socialismo.

Durante el fin de semana, en una entrevista a La Tercera, la timonel socialista Isabel Allende reconoció que sería “extraño” competir con el ex Presidente Ricardo Lagos, dando pie a la posibilidad de un acuerdo político entre el PS y el PPD para definir un candidato común. Al día siguiente, su idea fue respaldada por senadores del partido, como Carlos Montes y Juan Pablo Letelier, y generó diversas “conversaciones informales” entre ambas colectividades, pero cayó pésimo en los otros presidenciables que tiene la colectividad: el agente José Miguel Insulza y el abogado Fernando Atria, quienes públicamente se rebelaron a principios de la semana y pusieron el grito en el cielo exigiendo primarias.

“Siempre me han gustado los acuerdos, pero los acuerdos tienen que ser de cara a la gente y en estos momentos, de acuerdo a la situación del país, los acuerdos cupulares no son buenos (…) estoy esperando que el PS haga lo que dijo que iba a hacer en reuniones públicas y privadas. Primero, debe tener un candidato. Segundo, ese candidato debe ser elegido de manera amplia y abierta, yo entiendo que en primarias. Pero parece que hay quienes piensan que el PS no debería tener un candidato o debería ser de otro partido», afirmó categórico Insulza a principios de esta semana, y explicitando que Lagos es militante del PPD. Atria se sumó a los cuestionamientos y advirtió que “cualquier modo de decisión de un candidato que no sea una consulta ciudadana abierta será una contribución a la deslegitimación de los partidos (…) La manera en que el partido elige a su candidato muestra cómo se relaciona con los ciudadanos y si quiere hacerlo entre cuatro paredes y en la cocina con el PPD, mostrara que solo es una máquina partidaria”.

En el PS afirmaron que Allende se equivocó medio a medio al abrir la puerta a un acuerdo, porque con ello no está entendiendo que lo que quiere la militancia es debatir y votar, no que le impongan un candidato. Diversas fuentes de la colectividad coincidieron en que la parlamentaria no se atreve a competir con el ex Presidente y que su apuesta es lograr un cupo a senadora en la V Región, por lo que un acuerdo político podría favorecer sus eventuales planes.

Agregaron que Allende pecó de poca comprensión política de lo que hay detrás de las postulaciones de Insulza y Atria, razón por la cual no puede sacarlos fácilmente del escenario interno. Por una parte, el ex ministro, si bien no tiene muchas redes internas, sí tiene “fondo político y contenido”, quiere proyectarse internamente, ser considerado y, por lo mismo, si va a perder lo quiere hacer compitiendo. Mientras que el abogado constitucionalista “no suma votos por ahora pero sí prestigio” y su objetivo en el corto plazo es precisamente fomentar el debate interno, ya que su plan de trabajo presidencial es una apuesta a cinco años.

No son pocos los que en el PS consideran que de trasfondo de este choque está la ausencia de un proyecto político claro del partido.

Hace un par de años ya se ha cuestionado la relación privilegiada del socialismo con la DC como uno de los factores centrales del desperfilamiento de la colectividad como una fuerza de izquierda y que a eso se suma la realidad de que en dicha tienda conviven “muchos tipos de socialistas” con variadas formas de ver los desafíos de los siguientes años, desde socialdemócratas de tomo y lomo hasta los más de izquierda, que añoran una alianza similar a un Frente Amplio o Popular.

“Hay una camisa de fuerza interna para la discusión política en el partido que no logra zanjar una mirada común para el PS”, advirtió una autoridad socialista desde el Gobierno.

Hablar de la falta de liderazgo y conducción de Allende, aseguraron transversalmente en el PS, implica la indefinición política que ha mostrado sistemáticamente desde el año pasado, el desperfilamiento que ha tenido el PS en el debate nacional, una actitud política errática de la senadora, como la incapacidad de sintonizar realmente con la realidad de las bases.

“Isabel está cosechando el producto de su falta de liderazgo”, sentenció un asesor PS desde el Ejecutivo. “Su mayor problema es su indiferenciación, no se distingue de nadie y eso es grave en política”, agregó un ex colaborador de la actual mesa, mientras que, desde el Congreso, a nivel de diputados se habló de una suerte de “resignación” imperante en el partido ante la falta de conducción.

“No puede ser que el único eje rector sea que todo se discute y resuelve después de las municipales, está bien eso para ordenar un poco, pero se ha abusado de ello, es la única respuesta para todo”, cuestionó un diputado PS.

[cita tipo=»destaque»]Allende pecó de poca comprensión política de lo que hay detrás de las postulaciones de Insulza y Atria, razón por la cual no puede sacarlos fácilmente del escenario interno. Por una parte, el ex ministro, si bien no tiene muchas redes internas, sí tiene “fondo político y contenido”, quiere proyectarse internamente, ser considerado y, por lo mismo, si va a perder lo quiere hacer compitiendo. Mientras que el abogado constitucionalista “no suma votos por ahora pero sí prestigio” y su objetivo en el corto plazo es precisamente fomentar el debate interno, ya que su plan de trabajo presidencial es una apuesta a cinco años.[/cita]

Hay coincidencias en el PS en cuanto a que la mayor debilidad que ha mostrado la timonel es que “ella misma se pone y saca piso”. Enumeran hechos como declararse disponible para la contienda presidencial y luego irse de gira con la timonel DC, Carolina Goic; presentar un proyecto de ley para primarias y pocos meses después dar señales de no querer competir para privilegiar un acuerdo político con Lagos Escobar y no aplicar –criticaron en el partido– mano dura con los que pidieron y recibieron plata de SQM, pero sí dejar que haya “desmembramiento invisible” en el PS con todos los casos que existen de apoyos a alcaldes que van por fuera del pacto oficial.

La fuga

La guinda  de la torta esta semana la puso la ex ministra de Mideplan del primer Gobierno de Bachelet, Paula Quintana, quien hasta este miércoles 12 de octubre, y por 30 años, militó en el PS, partido al que renunció públicamente en una conferencia de prensa acompañada del diputado Gabriel Boric, para anunciar su apoyo al candidato a alcalde del Movimiento Autonomista, Jorge Sharp. “Después de una profunda reflexión he tomado la decisión con mucha convicción de renunciar al partido (…) creo que ellos representan una opción política y social para Chile que hay que construir paso a paso», señaló Quintana.

En el PS reconocen que hay una cierta tendencia e historia en la colectividad durante los años electorales, una suerte de fuerza interna que tiende a expulsar militantes, que en los últimos años –recordaron en la tienda– ha permitido alimentar nuevos movimientos y a otros partidos. Basta recordar lo que sucedió el año 2009, cuando bajo la férrea gestión de Camilo Escalona renunciaron a la colectividad Marco Enríquez-Ominami, Jorge Arrate y Alejandro Navarro.

“Hay cierta incapacidad del partido de adelantarse políticamente y ser más flexible en su acción política”, agregó un asesor PS de Gobierno.

Esa incapacidad se ha visto agudizada por las debilidades de Allende como timonel y ha llevado a que existan varios ejemplos en distintas zonas del país, donde la militancia no está haciendo caso de los acuerdos cupulares de la colectividad y se han alineado con abanderados fuera de pacto.

El caso más emblemático que exponen en el PS hace meses es la situación de La Reina, donde el grueso de la militancia se ha cuadrado con el candidato independiente Pedro Davis y no apoya la reelección del jefe comunal DC, Raúl Donckaster. El principal argumento que esgrimen es que los candidatos que “van por fuera” en varias comunas están más “apegados a la realidad” que los nombres que se pusieron a la fuerza por acuerdo político.

“La gente, la militancia, está cansada de que se acuerden primarias para todos los cargos y que después se resuelvan por acuerdo”, precisó una autoridad socialista de Gobierno.

Publicidad

Tendencias