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Carabineros blinda a suboficial que baleó por la espalda a joven mapuche: fue un «accidente»

Carabineros blinda a suboficial que baleó por la espalda a joven mapuche: fue un «accidente»

Desde la institución además pidieron «respeto» por la entidad y por el funcionario involucrado: «No quiero que esto sirva para distorsionar la realidad de lo que ocurrió».


El general jefe de la Novena Zona Policial de Carabineros, Christian Franzani, manifestó que lamentan el «accidente» que ocurrió y que hoy tiene a un menor de 17 años en la UCI de la Clínica Alemana de Temuco tras un control de detención en Curaco, en la región de La Araucanía.

«Lamentamos mucho este accidente que ocurrió. No quiero que esto sirva para distorsionar la realidad de lo que ocurrió, lo único que queremos nosotros es respeto hacia la institución y respeto hacia este funcionario que se encuentra afectado, junto a sus superiores», aseveró Franzani a Cooperativa. 

Agregó que  «esperamos una pronta evolución positiva de este joven, que se recupere y esté pronto junto a sus padres».

Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) esperan que el Ministerio Público investigue y esclarezca los hechos para definir «si esto fue un accidente o tuvo algún grado de voluntad el disparo».

Para su director, Branislav Marelic, «este tipo de accidente no benefician al diálogo en La Araucanía, sino que todo lo contrario, vamos a tener acá un retroceso en el diálogo y en el avance en La Araucanía producto de este accidente, que si fue un accidente debió haber sido evitado», dijo.

Brandon Hernández Huentecol está internado con más de 100 perdigones en su cuerpo, permanece en riesgo vital y ha sido sometido a más de dos intervenciones quirúrgicas desde que ocurrió el hecho.

El suboficial que disparó, Cristian Rivera, sigue realizando sus funciones normales y es imputado por cuasidelito de lesiones graves. Sin embargo, la abogada de la familia, Manuela Royo, espera poner una querella por homicidio frustrado.

Según informa La Tercera, la familia de Brandon Hernández es evangélica y llegaron a instalarse a la región en una villa de diez casas. “En 2012 nos organizamos y creamos la comunidad Inkayain Tañi Mapu, para recuperar lo nuestro”, cuenta su tía, Odette Saravia. 

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