La ex rectora de la institución -que debió dejar el cargo sin que esta siquiera comenzara a funcionar- critica la escasa matrícula y la falta de infraestructura propia.
La ex rectora de la Universidad de Aysén -que no alcanzó a ejercer su cargo con la universidad en funciones- Roxana Pey, expresó hoy sus dudas sobre el futuro de la nueva institución patagónica. La casa de estudios ubicada en Coyhaique, iniciará sus actividades académicas en marzo junto a la también nueva Universidad de O’Higgins.
Su primer reparo es el escaso número de matriculados. Solo 90 alumnos tendrá la novel institución, divididos en seis carreras y que utilizarán solo tres salas de clases ubicadas en el Hotel Coyhaique. «Me parece que es un número reducido de matriculados respecto de lo que podría haber sido. La falta de condiciones que acojan a los estudiantes de la región, beneficios económicos pero también exigencias de entrada» dijo Pey.
«Por otro lado, el estatuto contiene algunos elementos que atentan contra la autonomía de esta universidad, como un consejo directivo compuesto la mitad por representantes del Gobierno de turno», acusó. La casa de estudios recién podría contar con un campus propio en 2023.
Por su parte, el secretario regional ministerial de Educación de Aysén, Patricio Bórquez, salió rápidamente a responder estas críticas, señalando que «Para la tranquilidad de quienes tomaron la decisión de llevar a sus hijos e hijas a la Universidad de Aysén, es un proceso que se ha llevado de manera limpia. Está determinado el poder tener este espacio de arriendo desde el punto de vista de la infraestructura, de la datación de docentes y nosotros no tenemos ningún problema», reconociendo eso sí que los plazos para tener una edificación propia apuntan a años más: «El otro tema, queda la entrega definitiva de los terrenos para empezar a hacer los estudios, para ya en 2023 empezar a vislumbrar la infraestructura».
