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Ricardo Camargo y la crisis del PS desde la izquierda: “Duele decirlo, pero ese partido está convertido en una agencia de empleos” Candidato a diputado por el Movimiento Autonomista

Ricardo Camargo y la crisis del PS desde la izquierda: “Duele decirlo, pero ese partido está convertido en una agencia de empleos”

El abogado advierte que, a propósito del escándalo por las millonarias inversiones de la cartera encabezada por Álvaro Elizalde, en empresas como Soquimich, Pampa Calichera, Autopista del Sol y Vespucio Norte, se puede esperar que “muchos militantes del PS se vayan al Frente Amplio, quizás no en términos formales, pero sí en términos de apoyo, porque hace mucho tiempo que ese partido dejó de estar vinculado con la bases sociales”.


El abogado y académico de la Universidad de Chile, Ricardo Camargo (actualmente candidato a diputado por el Movimiento Autonomista) se refiere a los flancos abiertos que persisten en el Frente Amplio, los desafíos que tiene la candidatura de Beatriz Sánchez y las millonarias inversiones del PS en empresas como Soquimich, Pampa Calichera, Autopista del Sol y Vespucio Norte.

Pero también habla sobre los puntos que mencionó la semana pasada Jorge Sharp, quien advirtiera sobre el “éxtasis electoral” del Frente Amplio y la necesidad de sumar más fuerzas si se quiere gobernar. Camargo está de acuerdo con el alcalde de Valparaíso, y agrega que “el desafío es entender que nosotros no podemos anclarnos solamente en un espectro tradicional de la política, donde evidentemente quieren anclarnos, que es la izquierda: nosotros tenemos identidad de izquierda, pero la vocación de mayoría supone construir una alianza más amplia”.

-¿Cuál, de los flancos abiertos del Frente Amplio, es el más crucial en este momento?

-El Frente Amplio está enfrentando una oportunidad histórica en dos dimensiones. La primera es que el sistema político de partidos está sufriendo una crisis de legitimidad profunda: lo que vimos con el reportaje del Partido Socialista es muy sintomático de lo que son los partidos políticos en Chile, y la clase política, que está vinculada estrechamente, no solo con los negocios, sino con el gran capital, con empresas que tienen intereses reales en cuestiones que se están debatiendo democráticamente por la ciudadanía, como la educación pública. Ahora, uno entiende por qué cosas como la reforma tributaria no llegan a buen puerto: hay intereses que están, estructuralmente, coludidos en los partidos políticos, incluso en los de izquierda.

La segunda es que, si bien es cierto que el Frente Amplio tiene una oportunidad, es una oportunidad que tiene que concretar históricamente, es un flanco de oportunidad, de posibilidad; si el Frente Amplio entiende que este es un momento estructuralmente privilegiado de emergencia política, yo creo que es muy probable que nos encontremos en la elección de noviembre con una fuerza que no solo emerja, sino que gane en noviembre, presidencialmente y con una bancada parlamentaria masiva.

-¿Cómo pretenden dejar de ser una coalición de nicho y llegar a los ciudadanos de a pie?

-El Frente Amplio lleva dos meses de existencia formal, de modo que es extremadamente nuevo. Por otra parte, Beatriz Sánchez es una candidata que trae su nivel de conocimiento gracias a su actividad previa como periodista, como una mujer valiente, transparente, pero como candidata ella lleva haciendo campaña, instalándose en los medios, muy recientemente, y a pesar de eso, si le creemos a las encuestas, Beatriz ha dado saltos importantes.

-Pero el Frente Amplio sigue siendo una coalición de elite…

-Sí, tienes razón, esto es un camino que todavía requiere insertarse más allá de los círculos más informados o de la ciudadanía más conectada. Yo, por ejemplo, soy un candidato en un distrito complejo, y lo hice porque si no avanzamos en esos distritos, en Quilicura, Lampa, Colina, etc, si tú no avanzas ahí, no vas a lograr emerger políticamente.

El nivel de conocimiento del Frente Amplio es bajo, pero cuando Beatriz se acerca al distrito, a la plaza de Maipú, fue increíble: yo no había visto ese fenómeno desde la primera Bachelet. Recuerdo que venía con ella y cuando asciende las escaleras del metro la gente se le empieza a acercar y a comentarle sus problemas, que no tienen que ver con la resolución política, sino más bien con dramas personales, es decir, ven en ella una posibilidad de ser acogidos. Yo no creo que esa barrera de visibilidad y de conocimiento, sobre todo de la Beatriz, sea infranqueable, a pesar de que la presencia mediática no sea igualitaria en comparación con los otros candidatos. Entre más conocida es ella, ella gana.

-Pablo Longueira dijo que ella podría pasar a segunda vuelta…

-La derecha tiene un juego, un libreto que ha practicado desde ME-O: ellos quieren levantar al candidato de la izquierda da la Nueva Mayoría, porque en su fórmula dicen que baja el candidato de la Nueva Mayoría, o sea Guillier, y por tanto Piñera crece. Pero se equivocan, porque el Frente Amplio es muy distinto a ME-O, es más colectivo, son más organizaciones, los candidatos están desvinculados de los intereses económicos: no hay ningún candidato del Frente Amplio que tenga vínculos con financiamiento regular o irregular de grupos económicos.

-¿Comparte las últimas críticas que lanzó Jorge Sharp al Frente Amplio? Ustedes no inventaron la rueda…

-Jorge tiene razón en todos los puntos que dice. Él está haciendo un punto desde su generación, y de alguna manera, y te lo confieso, mi interés de ser candidato tiene que ver con decirle al Frente Amplio que esto no es generacional: no es solamente la generación del 2011 la que viene a dar el salto. Yo vengo de generaciones más antiguas y sé que mucha gente de nuestra generación está esperando una oportunidad.

Volviendo a tu pregunta, si quieres gobernar tienes que sumar más generaciones, más pedazos de pueblos, y tiene razón Jorge en el punto más político que hace: gobernar supone construir un amplio abanico hegemónico, en el buen sentido, de que tú convocas parte de la ciudadanía que por muchos años ha votado por la Nueva Mayoría. El desafío del Frente Amplio, entonces, es entender que no puede anclarse solamente en un espectro tradicional de la política, donde evidentemente quieren anclarnos, que es la izquierda, porque la vocación de mayoría supone construir una alianza más amplia. Yo precisaría, sin embargo, que esa alianza se hace con la ciudadanía, no tanto con las elites.

-¿Le van a cerrar las puertas a políticos de la Nueva Mayoría que quieran adherir a su proyecto pero que tengan historial de financiamiento irregular de la política?

-Respecto a políticos que vengan de la historia de la Concertación, y que se quieran sumar como Yerko Ljubetic, es una tontera cerrar las puertas,  y así se han sumado otros más. Ahora, políticos que vengan con historial de financiamiento irregular, no solamente no tienen cabida, sino que tienen que aclarar su situación en la justicia.

-¿Descarta que Beatriz Sánchez esté excesivamente blindada por Revolución Democrática?

-No, yo he tenido la fortuna de estar cerca de ella y lo primero que te puedo decir es que es una persona muy autónoma: ella no aceptaría blindaje de ningún estilo o pauteos tradicionales. De hecho, cuando entró a la candidatura, dijo que tenía opiniones antes de entrar a esto y que ella no iba a desdecirse de nada. Esto te habla de alguien que tiene capacidad de conducción y que no supone pauteos previos.

-En todo caso, uno esperaría que al menos hubiera algo de tensión, considerando las diferencias ideológicas de Sánchez –me refiero a su posición sobre Cuba– con respecto al Movimiento Autonomista…

-El Movimiento Autonomista tiene distintas visiones, incluyendo el proceso cubano: aquí no hay homogeneidad y tenemos la capacidad de aceptar diferencias, porque queremos ser inclusivos. Ahora, es cierto que hay sectores dentro del Movimiento Autonomista que tienen una visión más clásica de izquierda que no coincide con la de Beatriz Sánchez, pero a pesar de eso, y sabiendo eso, el Movimiento Autonomista la vota como su candidata con el 98%, más adhesión que esa imposible, incluso más que Revolución Democrática.

-Prácticas como el veto a Luis Marino Rendón, ¿se van a erradicar?

-Lo que pasó con Rendón fue la aplicación de un criterio previo que tuvo el Frente Amplio, en el cual se definía que para ser candidato presidencial del Frente Amplio tuviera el respaldo de un partido político que pudiera tener la perspectiva de llevar un candidato presidencial, pero Rendón no cumplía con eso. Te aclaro, en todo caso, que el Movimiento Autonomista votó a favor de que fuera candidato…

En síntesis, la manera más sencilla fue decir que hubo veto, pero en realidad fue la aplicación de un procedimiento previo. El Frente Amplio tiene que aprender de ese capítulo: es mucho mejor incorporar distintas variantes y visiones, gente que quiera aportar, porque Rendón podía aportar desde la ecología… Así que fue un error.

-La Nueva Mayoría se alineó detrás de Guillier por la simple razón de que era la mejor carta competitiva. ¿No vieron ustedes algo parecido en Beatriz? ¿Qué fue lo que primó?

-El caso de Sánchez es interesante. Ella es una periodista que venía haciendo puntos de vista políticos e incluso programáticos bien sustantivos, y muchos de los dirigentes del Frente Amplio venían siguiendo sus planteamientos y venían reconociendo dichos planteamientos, sobre todo por la educación pública y gratuita, así que hace tiempo se discutía que ella nos representaba.

-¿Fue una sorpresa el rápido aumento que tuvo en las encuestas?

-Para mí no fue una sorpresa, yo lo dije por ahí, ya que después del triunfo de Sharp sostengo que hay un momento político que si lo encarnamos en todas sus dimensiones, la esperanza, la seriedad, la honestidad, hoy tienes la posibilidad de avanzar desde una alternativa más radicalmente democrática que lo que ha sido los gobiernos post transición, que son gobiernos de la democracia de baja intensidad.

 -¿Cómo evalúa la performance comunicacional que han tenido como coalición?

-Ha habido un factor que nos ha favorecido, que es el factor generacional y que se expresa en  líderes con el carisma de Jackson, Boric y Sharp, que son atractivos para su generación: el rock and roll de la política está encarnado por ellos, pero eso es una limitante también, porque el Frente Amplio no puede ser generacional.

-La polémica por las millonarias inversiones del PS, ¿los favorece de algún modo?

-Lo que pasó con el Partido Socialista me dio mucho dolor y vergüenza, porque es un partido histórico que desde el año 1932 viene dando luchas de articulación social, obrera, poblacional, estudiantil, feminista, y que sufrió la represión brutal de la dictadura, y muchos de ellos, en la base del PS, siguen siendo militantes muy honestos.

Lo siento mucho por ellos, pero yo creo que es injustificable y, además, creo que ilegal, porque al tener acciones en empresas que han sido objeto de políticas públicas por parte del Estado, pero además, hay inversiones en el extranjero…  Es decir, se abre un flanco muy grave, pero ¿qué va a pasar con el Frente Amplio? Tiene que afirmar con más fuerza que se requiere una separación radical entre la política y los negocios.

Además, creo que muchos militantes del PS se irán al Frente Amplio, eso va a pasar, en términos de apoyo, quizás no formales, porque el PS hace mucho tiempo que dejó de estar vinculado con las bases sociales: hoy, básicamente, se ha convertido en una agencia de empleos, es duro decirlo, pero la mayor parte de los militantes del comité central son funcionarios del Estado.

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