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[La Semana Política] Director de Ciudadano Inteligente y su análisis de la corrupción institucional en Chile

[La Semana Política] Director de Ciudadano Inteligente y su análisis de la corrupción institucional en Chile

En un nuevo capítulo del programa La Semana Política de EL Mostrador Televisión, Pablo Collada abordó junto a Mirko Macari e Iván Weissman la situación patrimonial de Sebastián Piñera, los cuestionamientos a la fórmula de financiamiento del PS y los esfuerzos para enfrentar casos de corrupción institucionales “mucho más comunes de lo que creíamos”.


El frágil límite entre dinero y política, a la luz de las explicaciones del precandidato de ChileVamos Sebastián Piñera sobre su patrimonio, y el escándalo que desencadenó la revelación de las inversiones del Partido Socialista en empresas como SQM y Calichera, entre otros, fueron algunos de los temas que abordó el director de Ciudadano Inteligente, Pablo Collada, en el programa La Semana Política de El Mostrador Televisión.

En una conversación junto al asesor editorial y el subdirector de El Mostrador, Mirko Macari e Iván Weissman, respectivamente, Collada indicó respecto a Piñera que «para él como figura política es un tema pendiente y el debate sobre las características, las minucias de sus declaraciones, que si está más allá de la ley, o si sus declaraciones involucran a otros, ha sido muy profundo y creo que hemos perdido mucho en la discusión del detalle, respecto a la necesidad imperiosa de conocer el patrimonio del ex presidente y sus intereses».

Macari, por su parte, consideró interesante el caso del precandidato de la derecha, «porque más allá del debate técnico jurídico y tecnócrata, hay una cosa que también está en el trasfondo de lo que representa el personaje (…) Él representa una fórmula de éxito entendida en la lógica de maximización de utilidades».

Corrupción

Respecto al tema de la corrupción Macari afirmó que «Chile vivió muchos años bajo un discurso de un alto desarrollo institucional, el discurso dominante entre la elite, diferenciado del resto de América Latina y que básicamente se amparaba en que Chile no es un país corrupto. Yo siempre he sostenido la tesis de que somos muy corrputos de otra manera, y que no es posible que no haya corrupción en un país que tiene al dinero, la obtención de la ganancia material sea como sea, como su objetivo central en términos de vida pública o vida privada, es imposible que no ocurra así».

Consultado sobre este punto, Collada afirmó que «el caso chileno me parece interesante y me parece valioso diferenciar dos cosas: uno tiene que ver con la corrupción, los actos de corrupción y la otra tiene que ver con los sistemas de corrupción. En otros países se generaron sistemas de corrupción mucho más complejos y al menos en el caso de Chile no se tenían identificados así».

Sin embargo, advirtió que situaciones como el Pacogate, o el caso basura, y sin ir más lejos el financiamiento irregular de la política, dan cuenta que se trata de situaciones «mucho más comunes de lo que creíamos».

A su juicio, «la existencia de una nueva ley de financiamiento de la política, nueva ley de partidos, nueva ley electoral, creo que da cuenta de estas modificaciones y me parece importante reconocerlo. Obviamente estas imperfecciones institucionales van a seguir aflorando y es necesario que se sigan atendiendo con la seriedad con que se han atendido otras cosas».

Weissman, a su turno, dijo que «afortunadamente o desafortunadamente, los países nórdicos son los que hace ya 10 años vienen con el tema y ahora muy fuerte, que es el tema de la inversión sustentable, no solamente desde el sentido ecológico, sino que sustentable desde el punto de vista ético». Puso como ejemplo un fondo soberano en Noruega que le cierra la puerta a empresas que corrompen o dañan al medio ambiente.

Y a su juicio, el hecho que el Partido Socialista, tres días después de estallar el escándalo de sus inversiones anunciara un nuevo estándar para administrar sus recursos, es una señal que va en ese sentido.

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