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Piñera opta ahora por la estrategia de la victimización: “La oposición ha negado la sal y el agua. Están frenando la agenda legislativa” PAÍS

Piñera opta ahora por la estrategia de la victimización: “La oposición ha negado la sal y el agua. Están frenando la agenda legislativa”

En entrevista, el jefe de estado salió al paso de las críticas del oficialismo con respecto al retraso de la agenda legislativa. Para Piñera – y para su círculo de confianza, como los ministros – el atraso de nuevas leyes se debe a que hay una oposición «que optó por un camino de mucha dureza». Ya comenzó a moverse la maquinaria.


Las primeras críticas a Sebastián Piñera durante sus primeros 100 días de mandato tienen que ver con la ausencia de proyectos de ley «made in Piñera». Por lo que el mismo presidente tuvo que salir a dar la cara ante las críticas.

Para Piñera, el responsable del freno de los proyectos oficialistas es claro: «Hay una parte de la oposición que optó por un camino de mucha dureza. No sé si va a cambiar o no, pero hasta el momento lo que están haciendo es negar la sal y el agua. Están frenando la agenda legislativa, abusando de instrumentos como las interpelaciones y las acusaciones constitucionales, llevando todo lo que pueden llevar a la Contraloría, con o sin razón», señaló en declaraciones al diario La Tercera. 

«Ese no es el camino de colaboración. Es un camino más bien de obstrucción. Pero hay otra parte de la oposición, que creo que está con una genuina y auténtica voluntad de colaborar desde sus propios puntos de vista, como es natural. Y yo eso lo aprecio y lo agradezco mucho», explicó.

Para Piñera lo clave es la mesura y la calma: «Una de las cosas que uno aprende como Presidente es que antes de enviar un proyecto de ley usted tiene que conversarlo, discutirlo, recibir opiniones, visiones distintas, para no cometer errores en la legislación. Por ejemplo, recuerdo que el gobierno anterior envió muy pronto la reforma tributaria del ministro Alberto Arenas, que era una reforma que estaba tan mal pensada que tuvo que ser rectificada dos veces por el propio gobierno. A los gobiernos no se les debe juzgar por cuántas leyes mandan, sino por mejorar la calidad de vida de sus compatriotas. Estoy seguro que Chile está mucho mejor hoy que el 11 de marzo de este año».

Da dos ejemplos concretos de reformas que no han llegado a buen puerto: la adopción homoparental o la fallida rebaja de impuestos a las empresas: «la situación de política fiscal era mucho peor de lo que el gobierno anterior había reconocido, pienso que era prudente y responsable no insistir en la rebaja de impuestos a las empresas, pero sí insistir en simplificar el sistema tributario, en integrarlo y crear incentivos a la inversión, a la innovación, al emprendimiento, a la creación de riquezas y de empleos, que es lo que va a estar contenido en nuestro proyecto de modernización tributaria. Y respecto del tema de adopción, este tema está totalmente tergiversado por los intereses de minorías. Vamos a proteger el interés del niño, pero no vamos a discriminar a ninguna pareja. Los que cumplan mejor los criterios que fija la ley van a ser los que van a adoptar a los niños».

La ofensiva oficialista

Ya comienza a moverse la maquinaria oficialista. Hay un intenso despliegue de La Moneda para defenderse de las críticas por la sequía legislativa, plan que pusieron en marcha este domingo con la entrevista de Sebastián Piñera y con la entrevista del Ministro de la Segpres, Gonzalo Blumel, quien, en declaraciones con el diario El Mercurio, señaló que «para nosotros, la principal prioridad, más que la cantidad, es la calidad de las leyes. Eso es finalmente lo que les importa a los chilenos. Si no son de buena calidad, se frustran las expectativas y la ciudadanía se aleja y desconfía de sus representantes. Lo segundo: se dejó de lado la retroexcavadora en materia legislativa. Pasamos del frenesí a la responsabilidad legislativa. ¿Qué significa eso? Que tenemos que hacer buenas leyes y que tenemos que ir concordándolo con la oposición. Tuvimos un gran respaldo en la elección presidencial, un mandato democrático muy robusto, pero tenemos minoría en la Cámara de Diputados y en el Senado. Entonces, nuestra estrategia es distinta. No pasa por retirar proyectos masivamente, sino ir trabajando los proyectos».

«Tanto los que forman parte del programa de gobierno como con mociones parlamentarias que se están discutiendo en el Congreso, que complementamos en función de la visión que tenemos, e incluso con proyectos que venían de administraciones anteriores, como algunas leyes de la ex Presidenta Bachelet. Hay una diferencia de pasar del frenesí a la responsabilidad legislativa y, por último, entender una cosa que es importante: no todo tiene que ser ley», sentenció.

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