Bermúdez sigue en la pelea y asegura que sólo decidirá qué hacer después que la Suprema resuelva su apelación

La resolución de la Tercera Sala de la Corte de Apelaciones a favor de la destituida subcontralora Dorothy Pérez dejó en un pie complicado al contralor Jorge Bermúdez, quien apuesta todo por su apelación ante la Corte Suprema para revertir esta decisión del tribunal de alzada capitalino que lo obliga a restituir en su cargo a la abogada.

Si bien se trata de un golpe que estaba dentro de los cálculos más desesperanzadores del grupo asesor interno, en el ente contralor siempre tuvieron presente en las proyecciones que «el último juego se va a dar en la Corte Suprema».

Y así lo ratificó esta mañana el contralor Bermúdez, al ser consultado respecto a este revés judicial. “Esta es una sentencia de primera instancia y por lo tanto estamos trabajado en conjunto con nuestros abogados del Consejo de Defensa del Estado para presentar una apelación ante la Corte Suprema”, dijo el jefe del ente fiscalizador.

Bermúdez insistió en que está “convencido” de que sus argumentos están ajustados a derecho y consultado qué camino tomará si el máximo tribunal llega a confirmar la resolución del tribunal de alzada respondió que “eso pregúntemelo cuando salga la sentencia”.

Requerido más directamente si está dispuesto a dar un paso al costado de confirmarse esta derrota judicial, el contralor aseguró que “no quiero adelantarme, quiero esperar a que la Tercera Sala de la Corte Suprema tome su decisión, pregúnteme eso después”.

“Qué quiere que le diga”

Consultado por la obligación de tener que volver a trabajar con una funcionaria a quien le perdió la confianza, y ha tenido públicas diferencias ventiladas en este bullado proceso judicial, Bermúdez respondió que ese escenario es “difícil, complicado, qué quiere que le diga”. El contralor tiene un plazo de 5 días para presentar su apelación ante el máximo tribunal del país.

Tras la decisión del tribunal de alzada, uno de los temas que complica más al equipo de Bermúdez es la posición desmejorada en la que podría quedar el contralor.

Desde su equipo aseguran que toda la caballería apunta directamente a la Corte Suprema y apuestan a  que debido «al complejo equilibrio» en el que se han movido los jueces en la última época podría existir un chance de que el máximo tribunal del país decida no inmiscuirse en los asuntos internos de la Contraloría. «Y ese es el mejor escenario», comentan.  Mientras, Bermúdez aún mastica el golpe recibido por el tribunal de alzada y asegura que “sigo trabajando con las mismas ganas para que este país sea un poquito menos corrupto”.