PAÍS
El tercer retiro de fondos de las AFP se transformó en una verdadera pesadilla para La Moneda. La porfía y tozudez del Mandatario para manejar el tema las últimas semanas, dejó un lamentable saldo para el Gobierno: un Presidente derrotado políticamente, con la aprobación ciudadana más baja de la historia, su propia coalición fracturada y la relación institucional con el Congreso tensionada al extremo. A pesar de las señales públicas, se mantienen latentes los rumores de cambios en el comité político, aunque la crisis es tal que la solución no pasa por modificar el elenco de ministros, sino que por un necesario giro de Piñera en su forma de gobernar para no estar al borde de la cornisa los 10 meses que le quedan aún en el poder. Eso, porque a estas alturas el Presidente se ha transformado en parte del problema. Al frente, la oposición ha dado señales incipientes de una mejor coordinación, un bien escaso los últimos tres años.
