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Gobernadores de Arica y Antofagasta advierten que si el Estado de Excepción se convierte en una normalidad «estamos en serios problemas» PAÍS

Gobernadores de Arica y Antofagasta advierten que si el Estado de Excepción se convierte en una normalidad «estamos en serios problemas»

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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Como ha sido la tónica durante esta administración, una vez desbordada una crisis en particular, el Gobierno optó nuevamente por decretar un estado de excepción, en esta ocasión, por uno de emergencia, específicamente en las provincias de Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa, abarcando las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. La Moneda ya había optado por salidas similares durante el estallido social, luego durante la pandemia, ante los hechos de violencia en la denominada macro zona sur, y recientemente en el norte del país debido a la situación migratoria. En esta entrevista, los gobernadores de Arica y Antofagasta, Jorge Díaz y Ricardo Díaz, respectivamente, opinan que la medida se aplica particularmente en La Frontera, lo que ha ayudado a controlar la inmigración irregular, pero advierten que la medida debe ser una excepción, de corto, porque los peligros de mantener el decreto pueden ser mayores.


Los gobernadores regionales de Arica y Parinacota, Jorge Díaz, y de Antofagasta, Ricardo Díaz, analizaron junto a El Mostrador la situación migratoria que se está viviendo en sus respectivas regiones, el decreto de estado de excepción constitucional de emergencia anunciado por el Gobierno en cuatro provincias del norte del país, y el trato y la tardanza en la reacción que acusan de la autoridad central. Ambos coincidieron en que de no venir acompañado con medidas complementarias y de fondo, ya sea claridad en la ejecución presupuestaria, gastos y una hoja de ruta, la sola medida del decreto difícilmente solucionará un conflicto mayor. En este sentido, se recalcó que se trata de una medida excepcional, como el título lo sugiere.

-¿Cómo evalúan el que se haya decretado el estado de excepción como respuesta a la situación migratoria que se está viviendo en el norte del país?

RD: Es una medida extraña, porque el asesinato ocurre en la provincia de Antofagasta y no en la frontera. Esta medida de excepción me parece que más tiene que ver con tratar de buscar algún golpe de efecto, de autoridad,  respecto del manejo de la migración.

Yo creo que lo correcto aquí es trata de aumentar la dotación, esclarecer los presupuestaos que están asignados para la ley de migración, y a partir de ahí, generar todo un proceso de articulación en donde haya presencia de carabineros en las carreteras. De tal manera que se evite presencia de migrantes en las carreteras que fue lo que provocó este crimen.

Yo creo que las medidas, si no están acompañadas de presupuesto, de plazos de ejecución y de responsables, en realidad, son muchos voladores de  luces.

JD: No toda medida que se aplica es suficiente, no podríamos pensar que con la sola dictación de este estado de excepción constitucional, te va a resolver la grave crisis migratoria.

Ha habido una desidia de parte del gobierno central , de ver cómo se afrontaba esta situación. Recordemos que junto a los gobernadores regionales de Tarapacá y Antofagasta en octubre del año pasado solicitamos a los diputados de nuestros distritos iniciar interpelación al ministro del Interior.

De ahí hasta la fecha  han pasado cinco meses, no se han podido tomar las medidas que se requerían. Esta es una medida que sumada a otras podrían tener un buen efecto. Tendríamos que revisar primero cuáles son las consecuencias. En la región ya se produjo la primera reconducción de 19 personas.

-¿Con qué ojos ven una eventual ampliación del decreto de estado de excepción a más provincias de sus regiones?

RD: Cuando muchos hablamos del estado de excepción, lo hablamos en un contexto distinto, cuando no estaban la crisis de migración, cuando no teníamos el aumento muy grave de estos crímenes.

El concepto de excepción deberá ser algo que se aplica una vez y que permite dar un golpe de efecto, pero que después debiéramos ir volviendo a los cauces normales con mayor presencia policial, mayor control, mayor resguardo. El estado de excepción tiene que ser eso, una excepción, porque si el estado de excepción se convierte en una normalidad, es que estamos en serios problemas, el estado de derecho es el que tiene que acentuarse.

JD: “Lo que se ha venido precisando, y que hemos podido tener a la vista en tanto información, es que es más bien un estado de excepción constitucional fronterizo, es distinto a todos los otros estado de excepción que hemos conocido, porque implica resguardar la frontera.

Es algo que el mismo decreto 265, que ya lleva casi dos años desde que se dictó. Sin embargo no se había materializado, y a mi entender, es la manera en cómo se está materializando esta disposición de que las F.F.A.A  acompañen en las labores policiales en resguardo de fronteras.

Haciendo una similitud, la frontera que nos une con Perú y Bolivia equivale aproximadamente a la distancia que hay entre Santiago y Temuco, es un terreno enorme”.

-¿Cuál debiese ser la solución de fondo para acompañar esta medida excepcional? 

RD: Que se aseguren los presupuestos, por ejemplo de mayor inversión en tecnología, en las regiones, que es algo que los gobernadores de toda esta macrozona norte estamos reclamando. Cuál es la inversión que va a haber desde el nivel central, en mayor tecnología, mayor control de resguardo, incluso, en mayor personal en la frontera. No vaya a ser que pongan funcionarios en horario de oficina, como pasó en Colchane.

Esto tiene que ser con funcionarios 24/7, porque todo el tiempo está el flujo de migrantes.

JD: No podemos decir que con la declaración del decreto se acaba el problema, pero desde la experiencia regional y del territorio,  un poco se empieza a cerrar la llave del ingreso migratorio por pasos irregulares. Y eso de la mano de otras medidas, sería un buen inicio.

Habría que ir analizando en mérito, cómo este tipo de medidas va siendo útil. Si creo yo necesario cuantificar la realidad, el año pasado se autodenunciaron seis mil inmigrantes que ingresaron por pasos fronterizos irregulares. Sin contar las cifras negras, podríamos estar hablando de 10 mil, el cinco 5 por ciento de la totalidad de la población de la región.

-¿Durante su reunión con el equipo de asesores de la futura ministra del Interior, Iskia Siches, fue tema el estado de excepción?

RD: No, porque lo que hemos ido conversando con ellos es cómo se regulariza el proceso migratorio. Incluso con ellos hemos ido hablando de un sistema de empadronamiento, a los migrantes que ya están en nuestra regiones. Lo que hemos ido hablando son medidas que apuntan más bien a tratar de generar mayor seguridad para toda la población.

Lo que estamos viendo ahora simplemente con este gobierno es el tema puntual de las carreteras, entonces esa es la gran diferencia. Hemos visto a un gobierno que no le gusta conversar con los representantes electos, versus un gobierno que está asimiento que ha generado ya una mesa de trabajo con los tres gobernadores”.

JD: “(Con las actuales autoridades) podría haber sido un proceso mucho más consensuado, de mucha más atención a los territorios, por eso valoro el equipo y trabajo de la futura ministra del Interior, que  ya se haya reunido con nosotros. Es un cambio de estilo y de gobernanza, es muy importante, no basta con dictar medias que apuntan a distintos problemas, sino de la forma en que se realiza.

-Cómo se daría este empadronamiento, respecto de quienes ingresaron por un paso irregular?

RD: “En el caso  de los migrantes que ya están, hay que regularizarlos,  porqué, porque eso significa que ellos podrían tener quizás alguna visa que les permita trabajar, para que comiencen a imponer, y para que en el fondo ellos vayan asumiendo sus propios gastos. Mientras sean irregulares, van a ser gasto estatal,  porque los tiene que asumir la salud pública, los tiene que asumir la educación pública.

Pero si tu logras que comience un proceso de regulación, vas a ir logrando que comiencen ellos a imponerse y administrar su propia salud.

Esa es la diferencia, primero hay que quitarse el enfoque ideológico que tienen algunos sectores, de rechazar toda migración per se. Yo, en esta región tengo 40 médicos especialistas, que son migrantes. Si empiezan con esa dinámica de que se vayan todos los migrantes, me quedo sin oncólogos en mi región.

Eso es lo que hay que cambiar, no hay que ver la migración como que son todos malos o delincuentes, porque si no, ahí vamos a tener serios problemas, hay que ver las posibilidades que hay y cómo se regula esta cosa, cómo se identifica bien a quienes tienen antecedentes penales, a quienes están delinquiendo. En eso hay que ser claros, aquí hay migrantes que vinieron a delinquir. Tenemos que lograr distinguir quienes están aportando de quienes están haciendo daño.

 

 

 

 

 

 

 

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