El despido del exsubsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, le trajo al Gobierno un problema de cara a la tramitación de la reforma de pensiones, puesto que desde la bancada UDI ya anunciaron que “no seguiremos reconociendo a la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, como una interlocutora válida en la discusión de la reforma de pensiones”. En este contexto, el economista David Bravo cree que la ausencia de Larraín no debería ser un gran inconveniente para el debate, puesto que es un trabajo de equipo. Sin embargo, aclaró que “si en el segundo año de Gobierno no hay reforma, entonces no vamos a tener reforma”. A su juicio, todas las partes deben de ceder para poder llevar a cabo esta tan anhelado proyecto, siempre y cuando se analice la situación país.
El economista David Bravo –ex asesor de la Presidencia en tiempos de Bachelet 2 en materia de pensiones, conocida como Comisión Bravo- fue tajante al aclarar que el Gobierno se encuentra viviendo el momento exacto para llevar a cabo una reforma al sistema de pensiones o esta no se hará. Tras la aprobación del aumento del salario mínimo a $500 mil, la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, indicó que ahora viene su mayor desafío: la reforma de pensiones. Sin embargo, el polémico despido de un nombre clave en esta negociación, Christian Larraín, exsubsecretario de Previsión Social, ha puesto en jaque las negociaciones.
Si bien, el director del Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, aclaró en el programa Al Pan Pan con Mirna Schindler que la salida de Larraín no debería presentar un inconveniente grave en la tramitación, puesto que “es un trabajo de equipo”. Sin embargo, la bancada UDI ya notificó que no reconocerá a la titular del Trabajo como interlocutora en la discusión si es que el exsubsecretario subsecretario de Previsión Social no asiste a la Comisión de Trabajo de la Cámara a hablar de lo sucedido.
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Asimismo, sostuvo que para que se lleve a cabo el proyecto de reforma “se va a requerir bastante negociación por parte del Gobierno con las instituciones y la oposición”. Para Bravo es clave que la mirada del debate se centre en renunciar a los actuales instrumentos y que “las pensiones tengan el mismo sistema de reemplazo que tienen los países OCDE, caminar para allá desde la posición que tiene Chile, sin poner una bomba en las instituciones”.
El economista fue enfático en precisar que este es el momento que tiene el Ejecutivo para llevar a cabo la reforma. “Si en el segundo año de Gobierno no hay reforma, entonces no vamos a tener reforma”.
Por otro lado, acotó que la visión que tiene la izquierda sobre un sistema de pensiones solidaria es un poco errónea, puesto que el sistema actual si lo es. “El sistema chileno hoy es solidario. Hoy, prácticamente la mitad de la pensión de una persona viene de la solidaridad, que hoy es la PGU”, sostuvo.
Sin embargo, instó a las personas a ahorrar para tener mejores pensiones, que “también depende de mejores salarios, pero “ahorrar más es distinto que hablar de retiros con la plata de las pensiones”.
Al abordar las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las que indicaron que el desempleo en nuestro país subió por sexta vez ubicándose en un 8,7%, Bravo no fue tan extremistas como muchos expertos y expresó que el problema de estas mediciones son los instrumentos utilizados. Para él: “Técnicamente no ha subido tanto el desempleo, pero hay que medirlo con otro instrumento”.
El economista cree que la mejor forma de medir una tasa de desempleo recae en el porcentaje de la población que ya tiene edad para trabajar, si ya tiene empleo. Desde esa premisa comenzar a medir. “Todavía faltan cerca de 400.000 empleos para llegar a niveles previos a la pandemia”, precisó.
Una de las temáticas que más preocupa a los expertos es el aumento del empleo informal, el que llegó a un 27,4%. David Bravo no dramatiza, puesto que aclaró que antes de la pandemia este llegó a un 28% y solo en mayo del 2020 (pandemia) marcó 22%, por lo tanto, cree que en un futuro nuevamente llegará a cifras anterior a la pandemia, puesto que es una problemática que viene al alza en Chile.
En cuanto a la incidencia de las aprobaciones de los proyectos de 40 horas y salario mínimo en estas cifras, el economista las descarta de plano, ya que cree que son preguntas que tendrán efecto el próximo año. Sin embargo, “vamos a tener que estar monitoreando el impacto del salario mínimo, porque se puede dar el contrasentido de dañar más al grupo que queremos ayudar”, complementó.