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Créditos: Agencia UNO (archivo).
“Todos y todas los consejeros estamos y hemos estado en eso, preocupados, haciendo un esfuerzo porque la ciudadanía perciba el rigor, el respeto y la seriedad con que nos hemos tomado nuestro rol. Eso significa conducir el proceso y participar de él con la mayor responsabilidad cívica”, apuntó el consejero Aldo Valle.
El vicepresidente del Consejo Constitucional, Aldo Valle (PS), abordó los altos niveles de rechazo hacia el Proceso Constitucional para una nueva Carta Magna, según lo reportado por diversas encuestas. De acuerdo al integrante del órgano, hay una preocupación transversal al respecto.
Una de las mediciones que apunta esa percepción es la última entrega de la encuesta Cadem: en esta, se sostiene que un 57% votaría en contra de la propuesta de nueva Constitución, entre otras razones, por el “desgaste” de la ciudadanía ante el tema.
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“Hay un esfuerzo compartido de todas las fuerzas políticas para eso, en busca de elevar el interés y la confianza de la ciudadanía en este proceso”, sostuvo Valle, quien además destacó la participación ciudadana de las iniciativas populares de norma.
“Ya el proceso gana o avanza cuando hay más personas interesadas o tomando posición respecto de las enmiendas”, sostuvo. Sin embargo, expresó que “ese mayor interés no necesariamente (puede ser) equivalente a una mayor aprobación”.
En conversación con La Segunda, el consejero explicó que “todos y todas los consejeros estamos y hemos estado en eso, preocupados, haciendo un esfuerzo porque la ciudadanía perciba el rigor, el respeto y la seriedad con que nos hemos tomado nuestro rol. Eso significa conducir el proceso y participar de él con la mayor responsabilidad cívica”.
“Ojalá eso lo entienda la mayoría de la ciudadanía, aunque en esto tengo pretensiones modestas”, apuntó Valle.
Sobre los contenidos del texto que será sometido a plebiscito obligatorio en diciembre, Valle manifestó que “algunas materias deben quedar abiertas y hagamos confianza en que la democracia va a poder determinar, dependiendo de las necesidades. Anticipar definiciones propias de la política pública puede ser un error que ojalá no repitamos más”.
