Si bien la abogada reconoció el mérito de la estrategia de Valencia -a su opinión, transparentar cualquier conflicto previo para no despertar sospechas sobre su probidad-, no explica la necesidad de juntarse con Luis Hermosilla posteriormente a ser nombrado fiscal nacional.
Durante la mañana del martes el fiscal nacional, Ángel Valencia, explicitó el historial que lo unió durante un tiempo con el exministro del Interior, Andrés Chadwick, y el expoderoso abogado Luis Hermosilla. El líder del Ministerio Público trabajó media jornada durante tres meses en la Universidad San Sebastián, según reconoció en conversación con Tele13 Radio.
Y si bien destacó que la última vez que habló vía mensajería con Hermosilla fue en junio de 2022, también desclasificó una reunión presencial entre los tres, posterior a su elección como fiscal nacional, para “limar asperezas” tras el accidentado proceso de nombrar un nuevo líder de Fiscalía tras la salida de Jorge Abbott.
“Eso no es un tema que tenga que ver con causas, no queda cubierto por la ley del lobby, no tiene que ver con peticiones de causas específicas, sino que tiene que ver con un tema personal, previo a ser fiscal nacional”, calificó el fiscal nacional respecto a aquella reunión.
Hoy en Al Pan Pan, con Mirna Schindler: conversamos con la doctora en derecho constitucional de la Universidad Complutense de Madrid, docente de la materia e integrante de la Asociación Chilena de Derecho Constitucional, Carmen Luz Parra, sobre la información revelada por el fiscal nacional.
La abogada no ve un descuido en las revelaciones del propio Valencia sino una estrategia, a la luz de la serie de revelaciones periodísticas sobre los chats encontrados en el celular de Luis Hermosilla.
“Que el fiscal recupere la memoria me parece que va en la linea de que ‘las bombas es mejor desactivarlas uno mismo‘: voy yo mismo a abrir este escenario, de manera tal que no sean los buenos periodistas de investigación los que lo revelen“, señaló la experta en derecho constitucional.
Dicha estrategia también iría en la línea de no dejar espacios a dudas respecto a su probidad, a pesar de que la conversación no habría supuesto ningún compromiso. “Uno puede preguntarse por qué no se lo reserva, si finalmente no hay nada que deje huella ahí. Sin embargo él (Valencia) tiene un deseo de ir más allá y transparentar absolutamente toda la situación“.
“Van a venir los arrepentidos, quienes desactivan sus propias bombas, y los que van a recordar justamente lo que no recordaban ayer. Porque estamos viviendo un momento de crisis, y creo que las crisis pasan en este tipo de situaciones. Es sano que estas cosas salgan a la luz”, estima Parra.
Sin embargo, también sostiene que estos ejercicios de honestidad no son suficientes para superar el momento de descrédito en las instituciones.: “probablemente tienen que pasar otro tipo de cosas, mucho más sustantivas. Tenemos que mejorar el estándar de cumplimiento y exigencia en materia de transparencia y probidad”.
Sin embargo, no ve con buenos ojos la reunión entre ambos, y en la que Hermosilla le solicitó abordar la situación de Héctor Espinoza, hasta junio de 2021 director de la Policía de Investigaciones (PDI) y hoy imputado por malversación de caudales públicos, falsificación de instrumento público y lavado de activos.
Durante la reunión Hermosilla le pidió intervenir en la causa del exdirector: pidió “si yo podía darle una mirada a tres asuntos“, entre ellos la posibilidad de resolver el procedimiento a través de un juicio abreviado. Según su relato, Valencia le replicó que debía abordarlo a través de los canales regulares.
“Cuando llevamos causas penales, los abogados en ocasiones vamos a hablar no con los fiscales de turno sino que con los jefes, que son quienes toman ciertas decisiones. Uno podría decir ‘entonces está bien que vaya a hablar con el fiscal nacional’. A mi me parece que no: lo que corresponde es hablar con el fiscal jefe“, advirtió la abogada.
“Claramente aquí estamos hablando de una situación más de las prácticas habituales que tenía el abogado Hermosilla. Y la visión que da el fiscal nacional es que claramente él no estaba de acuerdo en llegar a un juicio abreviado”, apreció sobre las revelaciones, sobre las cuales se cuestionó la necesidad de dicha reunión si Valencia no aprobó su solicitud. “Entonces él es partidario de que se le haga un juicio como corresponde ante el tribunal penal oral. Pero si bien él pudo no haber incurrido en ninguna otra situación, ¿qué hacemos tomándonos este café y teniendo esta conversación?“.
En esa línea, cuestionó la necesidad de un fiscal nacional de conversar sobre causas con “un abogado de la plaza”, en instancias donde su cargo le exigía imparcialidad total.
“Hay autores que sostienen entender que los políticos pueden ayudarnos a llegar a ciertos cargos de poder. Lo interesante es que el sujeto que llega al cargo de poder tenga el valor de luego no atender a nadie de aquellos por los cuales debería estar agradecido: el agradecimiento debe llegar hasta el momento en que fui nombrado, pero luego debería comportarme adhoc al cargo en el que fue investido”.
“Ese café nunca debió haber ocurrido“, sentenció.