Bajo el lema “La Justicia de Futuro” se celebró en Santiago los días 2, 3 y 4 de abril la XVII Cumbre Judicial Iberoamericana. El evento, que se vio algo opacado a raíz del impacto noticioso de los terremotos ocurridos en el norte, culminó con importantes acuerdos. Entre ellos, un “Proyecto de Protocolo Iberoamericano de Actuación Judicial para mejorar el acceso a la justicia de las personas y grupos en condiciones de vulnerabilidad, con especial énfasis en la justicia con enfoque de género”, y otro sobre “Participación, información, transparencia y acceso a la justicia en materia ambiental”. La declaración final subraya la voluntad de los jueces de avanzar en el tema de género que “es y será un tema estratégico y prioritario en las próximas cumbres”, y en los temas ambientales y de acceso a la justicia para los sectores más vulnerables.
En este contexto, más de un participante nacional en la Cumbre, manifestó su incomodidad con la actitud asumida por el ministro de la Corte Suprema Patricio Valdés durante la cena de clausura, el viernes 4 en casa Lo Matta, quien es conocido entre sus pares por sus posiciones conservadoras en estos temas. Entre los pocos invitados oficiales que llegaron a la cena estuvo la senadora Isabel Allende, presidenta del Senado y primera mujer en ocupar ese cargo en Chile, y quien es reconocida por su defensa de los temas ambientales y de género.
Se cuenta que, desde el momento de su arribo, fue inmediatamente flanqueada por el ministro Patricio Valdés, el que de una manera exageradamente comedida no la abandonó durante toda la noche, casi imposibilitando su contacto con otros invitados, e incluso se sentó a su lado durante la comida, haciendo caso omiso del protocolo que lo ubicaba en una mesa distinta.
Un asistente cuenta que la senadora se mostró visiblemente incomodada durante todo el evento, probablemente porque identifica claramente al ministro Valdés y su percepción de la justicia y el derecho, y sus viejas inclinaciones políticas muy lejanas a la sensibilidad que ella tiene.
Para los asistentes la situación evidenció el rústico cálculo político del ministro Valdés, quien no es juez de carrera sino que proviene de un ejercicio libre vinculado a defensas corporativas y empresariales, y teme que la actual mayoría política del Senado que preside Isabel Allende pudiera impulsar una acusación constitucional en su contra. Algunos sostienen que lo ocurrido es ya reiterativo, pues cuando en enero de este año el TRICEL notificó formalmente a Michelle Bachelet su condición de Presidenta Electa, Valdés también rompió el protocolo y literalmente se lanzó encima de la Presidenta con besos y abrazos que provocaron hilaridad y pudor ajeno entre los asistentes a la ceremonia.