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Los dardos de Verónica Calderón a sus ex asesores legales

Los dardos de Verónica Calderón a sus ex asesores legales

En medio de la disputa de la hermana menor del clan controlador de Ripley, algunos abogados salen al ruedo. A juicio de Verónica, cooperaron en evitar que conociera el esquema mediante el cual se diluyó su participación en la señalada empresa de retail.


El conflicto en Ripley está que arde, todo después de que se conociera una demanda de la menor del clan Calderón –los controladores de la cadena–, Verónica, quien acusa a sus hermanos de haber diluido su participación accionaria de forma engañosa.

El caso avanza luego de que, a través de su abogado, Juan Pablo Hermosilla, Verónica solicitara como medida prejudicial una serie de documentos que aclaren cómo se disminuyeron sus papeles en la empresa de retail, lo que fue aceptado por tribunales civiles y para lo que ya se solicitó fijar fecha de audiencia (esta última aún pendiente).

En la demanda, ya conocida en medios y donde la menor del grupo que asumió la sucesión de Ripley se refiere a cómo sus hermanos habrían orquestado un esquema para perjudicar su patrimonio, repasa el rol de los asesores legales suyos y del grupo familiar.

En la solicitud de medidas prejudiciales, precisa que en mayo de 2017 solicitó información a sus hermanos Andrés y Lázaro y que estos le recomendaron recoger mayores datos con el asesor de la familia, Octavio Bofill. «En una de esas reuniones Lázaro me presentó a Octavio Bofill como abogado de la familia, quien según sus propias palabras se encontraba 24/7 para asistirme», detalla el documento.

En el mismo añade que en un primer momento Bofill fue muy «contenedor» y que recalcó que su rol era operar éticamente para todo el grupo familiar. Eso, aunque después Verónica señaló que notó un cambio. «Se puede evidenciar un importante contraste y una profunda contradicción de parte del señor Octavio Boffil, quien, luego del transcurso de tan solo algunos meses, me comunicó a través de una carta enviada el día 23 de abril del presente año, que se ha ‘(…) confirmado en los registros de mi oficina, usted no es ni ha sido clienta de este estudio en el pasado, de modo que debo abstenerme de entregar, aceptar o aún negar la existencia de antecedentes como los que se refiere su nota'».

La menor de los Calderón lanzó también dardos contra el estudio Cariola Diez Pérez-Cotapos. «Sin ser experta en negocios, sí tengo claro que lo mínimo que hubiera esperado de mis abogados, el estudio Cariola Diez Pérez-Cotapos –quienes aparentemente redactaron la escritura de dilución–, es que me hubieran informado del documento que materializó mi dilución, para mi firma».

Verónica Calderón agregó que los abogados con lo que se topó en el pasado actuaron de mala fe, sin querer dilucidar prontamente el asunto que hoy la enfrenta con sus hermanos y también con sus padres. Estos últimos se han cuadrado con los hombres de la familia, manifestando que «esperamos de corazón que recapacite».

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