Crédito: BRUCE ACKERMAN
En entrevista con BBC Mundo, el profesor estadounidense Bruce Ackerman, de la Universidad de Yale, expresa que mira con optimismo el proceso constituyente en Chile, y considera lo que sucede acá como “un ejemplo de esperanza para América Latina y el resto del mundo”. A su juicio, nuestro país «debería debatir en la Constituyente el modelo presidencial y mostrar a América Latina que el parlamentario funcionaría mejor contra los populismos”.
“Chile es un ejemplo de esperanza para América Latina y el resto del mundo y puede ser como Escandinavia”. Ese es el diagnóstico que hace el profesor estadounidense Bruce Ackerman, de la Universidad de Yale, considerado uno de los mayores expertos del mundo en constitucionalismo.
En entrevista con BBC Mundo, el autor de libros como Revolutionary Constitutions (Constituciones Revolucionarias) aborda el proceso constituyente en Chile y las elecciones de este 15 y 16 de mayo, donde los chilenos definirán por primera vez a los miembros que formarán la Convención Constitucional, el ente encargado de redactar una nueva Constitución, que reemplazará a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. “Tener miembros elegidos popularmente que solo se centren en estos problemas es una gran innovación. Pocas veces en la historia se ha dado esta separación”, valora el académico.
“En un clima convulso en América Latina, exacerbado por la pandemia y con Colombia como ejemplo más actual, lo que sucede en Chile es observado como un posible ejemplo de cómo atender los reclamos sociales con un proceso democrático que renueve el Estado”, señala la BBC.
Y para Ackerman, “esta es una rara oportunidad de centrarse en reformar las bases de un Estado”. «Chile debería debatir en la Constituyente el modelo presidencial y mostrar a América Latina que el parlamentario funcionaría mejor contra los populismos», señala.
En este contexto, el prestigioso académico sostiene que “Chile es un ejemplo de esperanza para América Latina y el resto del mundo y puede ser como Escandinavia. Chile tiene la misma población que Dinamarca, Noruega y Suecia, que han liderado Europa en el siglo XX por su socialdemocracia”, recalca.
