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La minuta del FA para rechazar la Ley Naín-Retamal que se descartó a última hora tras llamado de La Moneda

La minuta del FA para rechazar la Ley Naín-Retamal que se descartó a última hora tras llamado de La Moneda

En cosa de minutos la decisión de los parlamentarios y las parlamentarias del Frente Amplio de rechazar una buena parte del conjunto de articulados del refundido proyecto de ley Naín-Retamal, dio un giro de 180 grados que permitió que el texto fuera aprobado. Antes de ingresar a Sala, habían estado trabajando largas horas en una minuta de propuesta de votación que, sustancialmente, proponía rechazar buena parte de los artículos, pero una repentina llamada de La Moneda hizo cambiar la posición ideológica por pragmatismo. Quienes antes habían defendido con vehemencia la idea de rechazar, ahora eran voceros del apruebo.


Este miércoles el Frente Amplio (FA) vivió realidades paralelas. Una, antes de entrar a la Sala de la Cámara de Diputadas y Diputados a votar el refundido proyecto Naín-Retamal y, otra, cuando ya estaban al interior de esta y debían apretar el botón para emitir su voto.

En la primera de las realidades, los parlamentarios y las parlamentarias de los partidos Comunes, Convergencia Social y Revolución Democrática, que componen junto al PC y otras colectividades el conglomerado oficialista Apruebo Dignidad, habían arribado a la convicción de que el proyecto de ley entregaba una carta abierta a las policías para el uso de la fuerza, sin contrapesos y con el peligro de legitimar los excesos, por lo que debían rechazar. El acuerdo lo habían adoptado en una larga reunión matinal, tras la cual llegaron a elaborar un documento de más de 40 páginas (Propuesta Minuta de votación, boletín 14.870-25) en donde cada artículo considerado controvertido venía acompañado de una recomendación en color rojo que decía: RECHAZAR.

Era tanta la convicción, que la parlamentaria Maite Orsini había tuiteado antes de la votación lo siguiente: “No puede ser que metan preso a un joven solamente por empujar a Carabineros”, adelantando de esta manera argumentos para rechazar el proyecto de ley Naín-Retamal.

La segunda realidad sobrevino de manera repentina. Ya al interior de la Sala, una llamada desde La Moneda hizo cambiar el acuerdo, dotado de convicciones ideológicas, por pragmatismo. Ahora había que aprobar, sin importar lo que pensara cada uno. Parlamentarias que habían apoyado fuertemente la decisión de rechazar, ahora usaban los minutos previos a emitir su voto para convencer a sus pares de los partidos del FA de todo lo contrario.

Las realidades paralelas entonces colisionaron y, por momentos, la tensión caldeó los ánimos hasta el punto de las recriminaciones, especialmente cuando en la pantalla electrónica de la Cámara apareció el resultado final: aprobado.

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