Gastronomía
Chile es uno de los mayores consumidores de chocolate en América Latina. Pero el paladar de las y los consumidores se ha refinado a lo largo de los años, dando como resultado una mayor preferencia por opciones de mejor calidad y que se adapta a las tendencias actuales.
Cada 13 de septiembre se celebra el «Día Internacional del Chocolate”, fecha que entrega sus honores a los diversos tipos de chocolate. A muchos se le vienen a la cabeza los clásicos Sahne Nuss o Trencito, pero hay muchos más incluyendo rellenos, blanco, sin azúcar, con altos porcentajes de cacao, entre otros.
“Ambos chocolates son productos locales, muy arraigados en la cultura nacional, ya que tienen años de historia y tradición, infaltables para disfrutar de un buen momento para compartir y recordar”, señala Karem Muñoz, Gerente de Marketing Chocolates Nestlé.
El primero, “sabemos que significa un momento de conexión con uno mismo, pero también se transforma en el regalo perfecto. Mientras que Trencito es una invitación constante a compartir con familia y amigos, a disfrutarlo en cada momento de felicidad”, explica.
La fecha de celebración se remonta a Francia, como homenaje al escritor británico Roald Dahl, autor de la famosa «Charlie y la Fábrica de Chocolate”. Y de hecho, ese mismo día también nació Milton S. Hershey, el fundador y dueño de la Compañía de Chocolates Hershey’s, marca que hasta hoy cuenta con diversos productos de chocolate, como los Kisses, entre otros.
Al igual que con otros alimentos, no existe la manera de saber exactamente quién lo inventó. Pero lo que se sabe es que se elabora con el fruto del árbol del cacao, fruta tropical con una gran cantidad de propiedades para nuestro organismo y que procede de América del Sur.
Algunos estudios indican que comenzó su elaboración en México y de ahí se extendió a otros países hasta la zona del Amazonas. Y otros estudios, aseguran que es todo lo contrario: que surgió en el Amazonas y de ahí se expandió hasta llegar a México.
Eso sí, el consumo del chocolate tuvo una enorme importancia en el tiempo de los aztecas como de los mayas, y se cree que incluso Moctezuma tomaba cacao mezclado con agua.
Según Daniela Astudillo, académica de la carrera Nutrición y Dietética UNAB, sede Viña del Mar, «el chocolate posee muchos beneficios para nuestra salud, gracias a su contenido en flavonoides».
Sin embargo, recalca que un consumo excesivo no es recomendado, por su alto contenido energético. «Por esto es importante conocer que existen algunos de mejor calidad que otros y esto va a depender específicamente de su porcentaje de cacao, grasa y azúcar», afirma.
De hecho, el chocolate con altos porcentajes de cacao, entrega a nuestro organismo fibra, hierro, magnesio, cobre y manganeso. Además, de polifenoles, flavonoides y catequinas, lo que ayuda a retardar el deterioro del cuerpo. Por otro lado, también aporta en aspectos cerebrales y mejora el estado de ánimo de las personas, estimulando la producción de endorfinas, neurotransmisores que generan la sensación de placer.
«El chocolate que posee mayor acción de antioxidantes es el negro asociándose así a la protección del corazón, cerebro y además levanta el ánimo», por la feniletilamina del cacao, que produce un efecto placentero a nivel cerebral, sostiene la nutricionista.
Otro de sus beneficios, es qué comer un pedazo de chocolate al día, mejora el flujo de sangre que llega a nuestro cerebro, ayudando al flujo sanguíneo de nuestras retinas, y como consecuencia mejora nuestra visión. Sin contar que también es beneficioso para el corazón, disminuyendo el riesgo de sufrir fibrilación auricular y arritmia, según un estudio de la Universidad de Harvard.
«La clave está en saber seleccionar un chocolate de buena calidad y consumirlo de manera moderada, ya que es un producto que por su composición es categorizado como un alimento alto en calorías, aproximadamente 100g de chocolate negro nos aportan alrededor de 550Kcal, pero podemos encontrar incluso algunos que aportan hasta 800 Kcal o más en 100g», dice Astudillo.
Si se quiere consumir chocolate hay que recordar «que contenga al menos 70% de cacao, bajo nivel de azúcar» y consumir «como máximo de 30 gramos diarios», ya que «ayuda a reducir colesterol LDL (malo) y aumentar el HDL (bueno)».
Hoy en día la industria del chocolate no deja de crecer y se especula que su consumo lo siga haciendo durante los próximos años. Para el 2025 se espera que el mercado mundial de chocolate crezca un 4,78% anual hasta alcanzar los 182.090 millones de dólares para el 2025.
Suiza es el mayor consumidor de chocolate con un consumo per cápita de casi 9,9 kg, seguido por países como Austria, Alemania y Bélgica. A pesar de que Chile es el país de América Latina que más chocolate consume, está muy por debajo de esa cifra.
De acuerdo con un estudio de ICEX, Chile consume un promedio de 2,1 kg, muy por delante del segundo país, Brasil, que alcanza 1,3 kg. Además, Chile tiene una tasa de crecimiento anual del 25 % en el segmento Premium, que está valorado en 20 millones de dólares.
Según ICEX, los productos chocolateros más consumidos en el mercado chileno son las tabletas, ocupando el 50% del mercado, seguido por los surtidos en cajas y barritas de chocolate con un 15%.
El estudio señala además que todas las categorías han mantenido un crecimiento constante durante los últimos años, a excepción del 2016 cuando entró en vigencia la Ley de Etiquetado de Alimentos. Esto provocó, en parte, que los consumidores buscaran alternativas más saludables, con ingredientes más naturales, mayores porcentajes de cacao, bajos en grasas y altos en fibra.
“Los chilenos se están abriendo cada vez más a probar nuevas variedades, con sabores exóticos y opciones disruptivas. Y no sólo eso, además se están preguntando qué hay detrás de la producción de ese chocolate que están eligiendo y cuál es su impacto social y ambiental”, asegura Santiago Peralta, fundador del chocolate ecuatoriano Pacari.
Su propuesta es 100% orgánica, vegana, biodinámica, sin lácteos, gluten ni azúcar refinada, que es resultado del proceso de producción sostenible del cacao y otros productos como frutas, hierbas aromáticas, flores y especies cultivadas en campos certificados.
A medida que persisten las preocupaciones sobre el medio ambiente, la salud y el bienestar animal, aparecen una mayor cantidad de opciones veganas al alcance del consumidor. Por ello, no sorprende que los productos a base de plantas también se conviertan en una gran tendencia en el mundo del chocolate para los próximos años.
Los chocolateros y los fabricantes de productos de confitería han estado desarrollando excelentes alternativas al chocolate con leche tradicional que pueden disfrutar los consumidores que siguen una dieta vegana, y que, del mismo modo, también pueden seducir a los amantes del chocolate tradicional.
La categoría del chocolate vegano es actualmente pequeña, pero ha atraído la atención de los principales fabricantes de dulces y chocolates que buscan aprovechar el creciente interés de los consumidores por evitar los alimentos derivados de animales y minimizar su huella ambiental. Actualmente son varias las marcas de chocolate que ya han lanzado al mercado su línea vegana.
Cada vez son más los consumidores que saben que no todas las plantaciones de cacao funcionan de manera sostenible ni respetan los derechos de los trabajadores. Además, los desafíos para satisfacer la creciente demanda de chocolate en los mercados consumidores como Norteamérica, Asia y Europa son abrumadores.
Un informe del Barómetro del Cacao, elaborado por una red de ONGs que defienden el comercio justo, indicando que “la pobreza sigue siendo la realidad diaria de prácticamente todas las familias productoras de cacao en África occidental, el trabajo infantil sigue siendo grave y los bosques antiguos continúan siendo talados para ampliar el espacio para la producción de cacao”.
Hoy existen programas como Cacao Trace, iniciativa sustentable de Puratos, que realiza una trazabilidad exacta desde el cultivo del cacao hasta la barra de chocolate, asegurando una mejora en la vida de los agricultores y un pago justo. Actualmente el programa trabaja con 8.000 agricultores, haciendo un gran énfasis en la calidad, la educación y la capacitación, lo que permite a los agricultores mejorar sus habilidades para ser más productivos y sostenibles.
“Para aumentar el valor del cacao, invertimos en centros postcosecha cercanos a las comunidades productoras de cacao, donde nuestros expertos supervisan y mejoran los procesos de fermentación, aumentando significativamente la calidad de los granos de cacao. De esta forma se garantiza que el chocolate final tenga siempre un sabor excepcional”, señala Agnes Abusleme, gerente de marketing de Puratos Chile.
Este cambio del paradigma también ha sido impulsado por premiadas marcas como Pacari, instaurando un modelo de negocios denominado “del árbol a la barra”. En este, se mantiene una relación directa con alrededor de cuatro mil agricultores de pequeña escala, quienes son responsables de cuidar la biodiversidad y la calidad de los productos, recibiendo por ese compromiso un precio justo y llegando, incluso, a triplicar sus ingresos.
“Muchos pensaban que estábamos locos cuando empezamos a pagar el doble a los agricultores por el cacao, pero no se dieron cuenta que era una inversión a largo plazo. Lo que buscábamos era concienciar a los productores sobre la importancia de lo que hacían. Gracias a esto, la producción se disparó y la calidad del cacao se potenció”, aseguró Santiago Peralta.
También existe una preocupación por opciones sustentables. “Por eso muchas de nuestras barras ya vienen sin caja de cartón y las empacamos en envases compostables. Los consumidores están exigiendo cambios y premiando a las marcas que hacen las cosas mejor, y aunque la industria del cacao esconde muchas injusticias sociales e incluso esclavitud, nosotros siempre hemos estado comprometidos a cambiar esa historia”, indicó el fundador de la marca ecuatoriana.
