La marcha estudiantil de la semana pasada –donde el movimiento reapareció con fuerza– confirmó, por si quedaban dudas, que el descontento social sigue instalado. La disputa, en lo profundo del debate político, radica en si el modelo económico es capaz de absorber ese malestar o bien se debe aplicar cirugía mayor que corrija las imperfecciones, como plantean varios teóricos. Otra pugna, de similares características, surge a propósito de las intenciones de modificar el binominal y donde Carlos Larraín juega un rol preponderante, pues pone en cuestión el pacto con la UDI y complica la estabilidad del ejecutivo. El presidente de RN volvió a la palestra a propósito de la negativa de su partido de establecer el sueldo mínimo menor a los 200 mil pesos, contradiciendo la propuesta de gobierno.
Como plato de entrada: la sagaz jugada de Andrés Velasco que, eligiendo al personaje correcto, se posicionó en la carrera por llegar a La Moneda.
