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Empezó el desafío: inclusión laboral de personas con discapacidad Opinión

Empezó el desafío: inclusión laboral de personas con discapacidad

María José Escudero
Por : María José Escudero Co-Fundadora y Directora de Incidencia en Fundación Ronda
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Comenzó una nueva etapa de reconocimiento a la diversidad y a la inclusión en Chile. Desde esta semana, las empresas y organismos públicos manifestarán su intención de sumarse o de restarse de un proyecto que permitirá cambiar la mirada colectiva que tenemos sobre la discapacidad.


La empatía hacia esta realidad ya no solo la veremos dos días al año cuando donemos dinero, sino que nos podremos acercar a ella, romper en la práctica la indiferencia y convertirnos en un país más justo y responsable. Con la inclusión laboral de personas con discapacidad podremos hablar más y con mayor propiedad de desarrollo, porque en contraste con otras legislaciones laborales, el éxito y la efectividad de la ley 21015 dependerán de la disposición y voluntad de empresas y equipos organizacionales a generar un cambio social y cultural.

El desafío detrás de la ley será romper los mitos y estereotipos en torno a la discapacidad y transitar desde una mirada de lástima a una de igualdad de derechos. También lo será la búsqueda de sistemas integrados de inclusión, donde logremos una relación entre partes que sea efectiva, provechosa y perdurable. Hoy, tras años concibiendo la inclusión de personas con discapacidad como una política de responsabilidad social empresarial, las empresas en consecuencia no se sienten preparadas para ello.

Por eso la ley tendrá un apéndice elemental para poder compatibilizar las necesidades del negocio con las capacidades y expectativas de los candidatos, generando una relación de valor, y para concientizar y preparar al capital humano para ver la inclusión desde la igualdad y no desde el paternalismo. Esta será la intermediación laboral, con la cual también nos haremos cargo de la necesidad de accesibilidad universal.

La responsabilidad de llegar a buen puerto será, no obstante, de todos. Las personas con discapacidad serán los primeros llamados a cambiar la forma en que hemos hecho las cosas. Este nuevo desafío les impone la tarea de capacitarse, de romper sus propios temores y los de sus familias, y de empoderarse para aceptar las nuevas oportunidades que se vienen con los derechos y deberes que conllevan.

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