Opinión
Hoy se celebra el Día Internacional de la Discapacidad que busca visibilizar los derechos que tienen las personas en situación de discapacidad y la educación es uno de ellos.
La atención a la diversidad en el aula contempla el concepto de inclusión social que involucra a las diferentes clases sociales, etnias, diversidad sexual, las nacionalidades, entre otras. Y en este sentido, las políticas públicas han estado focalizadas en la atención de los individuos que no se ajustan al concepto de lo mal llamado “normalidad”, con un grado de dificultad de aprendizaje, que en algún momento fueron excluidos y segregados por sistema escolar.
La educación inclusiva y los derechos humanos han estado ligados a la visión de las palabras del informe de la comunidad internacional sobre educación para el siglo XXI: “La educación tiene la misión de permitir a todos sin excepción hacer fructificar todos sus talentos y todas sus capacidades de creación, lo que implica que cada uno pueda responsabilizarse de sí mismo y realizar su proyecto personal” (Delors Jacques, 1996, pág. 14).
Sobre los derechos de las personas con discapacidad, la Convención internacional de la ONU (2006) afirma que es necesario asegurar la igualdad, protección y calidad educacional de los niños y niñas con alguna discapacidad, garantizando los derechos humanos universales y de libertad para todas aquellas personas.
En el ámbito educacional, el desafío de la educación inclusiva es adaptar los contenidos de forma clara y precisa para que todos los estudiantes aprendan, sin importar su condición personal, forma o ritmo de aprendizaje. Este diseño pedagógico nace como una necesidad de implementar respuestas y soluciones inclusivas tanto en el mundo laboral como el escolar y busca que cada persona cambie su mentalidad frente a la diversidad. El desafío es si podremos generar un cambio en Chile.
La tecnología ha brindado oportunidades para todas las personas que se han visto frustradas por las barreras de aprendizaje y pretende crear un cambio de paradigma. Dado el poco tiempo que tienen destinados los docentes a la incorporación de nuevas tecnologías en el aula, se debe instalar un cambio de mentalidad y abordar las necesidades de cada estudiante, dejando atrás el “concepto de estudiante promedio”.
¿En qué medida la historia de una sociedad, ejemplifica un modelo pensado para salas de clases inclusivas? ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan los educadores al facilitar múltiples medios de representación y permitir a los aprendices expresar y procesar la información? ¿De qué forma los conceptos de inclusión, comunidad y estrategias de comunicación afectan la forma en que se dirige la variabilidad de los aprendices? Para reflexionar.
