Opinión
Está comprobado: durante la infancia, las diferencias entre hombres y mujeres son mínimas. Más aún, durante la adolescencia y la educación superior las brechas siguen siendo relativamente pequeñas. Si bien hay algunas diferencias en cuanto a las calificaciones en evaluaciones (como la PSU, por ejemplo), la situación entre ambos géneros se mantiene bastante pareja.
Pero algo pasa después de los 30 años: los hombres comienzan a ser protagonistas, con sueldos un 30% más altos y mejores puestos, mientras que las mujeres pasamos a un segundo plano, brecha que crece con el paso de los años, obteniendo jubilaciones en promedio un 27% más bajas.
¿Cómo podemos entonces equilibrar la balanza?
Yo propongo un camino: las ciencias de la computación y, específicamente, la programación. Hoy en día las tecnologías avanzan de manera exponencial, haciendo cada vez más necesario el dominio de sus códigos e instalándose en todos los ámbitos de nuestra vida, incluyendo el área laboral. Según cifras de la OCDE, más de un 30% de los empleos en Chile tienen una posibilidad entre 50% y 70% de ser reemplazados por máquinas.
El aprendizaje de la programación no distingue género, religión, etnia, ni origen social. Esto hace que sea un camino directo a la inclusión, impulsando que niñas y niños tengan las mismas oportunidades de empleo y progreso en el mercado laboral del futuro.
Chile tiene ya un paso avanzado. Somos líderes en Latinoamérica en términos de participación de las mujeres en equipos de redes y tecnología, sin embargo, esta cifra alcanza apenas un 14,2%, por lo que se hace absolutamente necesario fomentar el aprendizaje de esta disciplina para que los porcentajes se acerquen cada vez más.
Conscientes de esta realidad y de la importancia que tiene la programación hoy en día, un grupo de organizaciones públicas y privadas nos unimos y creamos Chile_Programa, una iniciativa que busca promover la enseñanza del lenguaje computacional en todas las escuelas del país.
Si esta situación se hiciera efectiva, nuestro sistema educativo estará preparando alumnos y alumnas capaces de enfrentar de mejor forma los desafíos que la sociedad del conocimiento nos plantea, al contar con habilidades que podrán aplicar tanto en el ámbito profesional como en la vida cotidiana, en una sociedad cada vez más igualitaria y, por cierto, digital.
