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Los riesgos del consumo de bebidas energéticas y alcohol Salud

Los riesgos del consumo de bebidas energéticas y alcohol

Al aplacar los efectos del trasnoche, las bebidas energéticas se transforman en un producto apetecido durante las celebraciones de Año Nuevo, incluyendo el uso combinado con alcohol.


Las bebidas energéticas llegaron a Chile en 2001 y desde ahí han crecido de manera explosiva. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (ODECU), en el 2011 se consumía un promedio de 0,4 litros por persona.

Sin embargo, ya en el 2016 fue de 2 litros y se proyecta que para el 2021 se llegue a 3 litros por persona al año.

Y aunque en un comienzo estaban dirigidas a deportistas que perdían energía en sus largas horas de entrenamiento, hoy se han transformado en un producto consumido por jóvenes (19-25 años) y adultos jóvenes (26-34 años) para mantenerse despiertos y activos durante las fiestas.

Sin embargo, aunque esta mezcla se transforma en un producto nuevo y llamativo, es peligroso para la salud, advierte Fernando Torres, director de la Escuela de Química y Farmacia de la U. Andrés Bello.

Según explica el profesor de toxicología, “el uso de bebidas alcohólicas, especialmente las destiladas, se altera con las bebidas energizantes”.

“Con esta mezcla se mejora el sabor, pero se estarían consumiendo mayores cantidades de alcohol, y esto sumado a que contienen agentes energéticos, la persona no siente el cansancio ni efectos depresores del alcohol, consumiéndolo más”, agrega.

Efectos a largo plazo

El académico además detalla que “un consumo constante hará que se requiera de mayores dosis para sentir el efecto estimulante, lo que puede determinar alteraciones de la irrigación sanguínea, favoreciendo la hipertensión arterial».

Ingerir de forma frecuente bebidas energéticas altera el sueño normal y la persona puede manifestar insomnio, inquietud y excitación.

De igual manera, «en cantidades elevadas pueden presentarse distorsiones en la percepción, temblores, alteración del ritmo cardíaco y la respiración», advierte el especialista.

Para finalizar, el académico subraya que “el consumo de este tipo de bebidas energizantes no es recomendable en aquellas personas que sufren de obesidad, debido a sus altos niveles de carbohidratos; mientras que en pacientes que presentan factores de riesgo puede conducir a altos niveles de glicemia en la sangre o diabetes”.

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