Inclusión
El desarrollo profesional de Sebastián ha ido en crecimiento: partió entregando los panes del restaurante, pero hoy ya es es parte del staff de servicio.
Desde hace un poco más de dos años que Sebastián Quiñinao (30 años) es parte del equipo de salón de Castillo Forestal, el emblemático restaurant en pleno corazón del Parque Forestal.
Hasta ahí llegó a trabajar los primeros meses de 2017, luego de un curso de capacitación realizado en Fundación Tacal, organización especialidad en la inclusión laboral de personas con discapacidad.
El desarrollo profesional de Sebastián -quien tiene síndrome de Down- ha ido en crecimiento: partió entregando los panes a cada comensal del restaurante, pero hoy ya es es parte del staff de servicio e incluso cuenta con la confianza para sacar cuentas, lo que demuestra que personas con este trastorno perfectamente pueden desenvolverse tanto en la gastronomía como en otras labores.
En las redes sociales de Castillo Forestal hay diversos reconocimientos al servicio del equipo donde Quiñinao está completamente integrado.
Es más. Las personas que trabajan con él cuentan que es un gran aporte en minutos de crisis donde el ambiente se puede poner complejo por las exigencias y el estrés. Así, él logra transformar ese clima tenso en algo agradable y llevadero.
Sebastián trabaja miércoles jueves, viernes y sábados y allí atiende mesas
“Me gusta ganar plata, trabajar y ser independiente”, dice.
Destaca además que la gente es respetuosa cuando él cuando los atiende, que trabaja con buenas personas y que tanto él como su familia están muy feliz porque pueda trabajar.
Y es que lo más valorable es que él ha logrado demostrar que hoy día es perfectamente posible integrarse a la sociedad como trabajador, donde existe una validación como persona con independencia económica, logrando ser un aporte a la mejor calidad de vida tanto para ellos como para las empresas en las que se desenvuelven.
