Sustentabilidad
Luego de que China prohibiera en 2018 la importación de basura plástica, Malasia se convirtió en el principal destino de este tipo de residuos.
Malasia anunció la devolución de 42 contenedores con residuos plásticos a Reino Unido. La medida, que fue respaldada por autoridades del país europeo, contempla el reenvío de residuos que fueron importados ilegalmente entre marzo de 2018 y marzo de 2019.
«Los contenedores… se consideraron ilegales porque no cumplieron con los documentos de importación necesarios», dijeron autoridades de ambos países en un comunicado.
La acción fue aplaudida por la ministra malasia de Medio Ambiente, Yeo Bee Yin. “Esta cooperación significa un reconocimiento de que la contaminación del plástico es un asunto mundial que requiere compromiso de varios países para atacar el problema», afirmó.
Se espera que los contenedores retornen a Reino Unido antes de fin de año. El gobierno malasio comunicó el pasado mayo que devolverían 60 contenedores, con tres mil toneladas de basura plástica en su interior, a sus respectivos países de origen. Entre esos países se encuentran Estados Unidos, Japón, Australia, Canadá, Francia y España.
El año pasado China prohibió la importación de residuos plásticos. Con el veto de la potencia mundial, gran parte del flujo de desechos fue a parar al sudeste asiático, siendo Malasia el principal afectado.
Según cifras de Greenpeace, en el país asiático la cantidad de importación de plástico se multiplicó luego de la decisión tomada por China. Las principales exportaciones provenían de Japón, Estados Unidos y Reino Unido. Es más, en una ocasión la ministra Bee Yin señaló que una empresa de reciclaje ubicada en Gran Bretaña envió 50 mil toneladas de residuos plásticos a Malasia en un periodo de dos años.
Muchas empresas de reciclaje han surgido en Malasia; muchas de ellas también sin licencia de operación. Como mucha de la basura plástica que se importa ilegalmente no es apta para el reciclaje, se termina incinerando. ¿Las consecuencias? La liberación de químicos tóxicos a la atmosfera, lo que termina por dañar a las personas y al medio ambiente.
Sin embargo, en el sudeste asiático los pesares de Malasia son compartidos. De hecho, la medida tomada por el gobierno malasio es una réplica a una acción impulsada con anterioridad por Filipinas.
En mayo de este año el presidente filipino, Rodrigo Duterte, hizo una especial amenaza al gobierno canadiense: enviaría un buque con cerca de 2.500 toneladas de basura no reciclable –provenientes de Canadá- al país norteamericano. “Si Canadá no acepta su basura, la dejaremos en sus aguas territoriales”, emplazó el portavoz de Duterte, Salvador Panelo.
Entre 2013 y 2014 toda esa cantidad de basura llegó de forma ilegal a los puertos de Filipinas. El culpable fue la empresa canadiense Chronic Inc. El gobierno de Canadá finalmente se hizo cargo del caso y envió un barco para que los desechos retornaran a su país de origen.
