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Las pymes chilenas siempre se han enfrentado a situaciones adversas. La pandemia se sumó a la larga lista de problemáticas que este tipo de empresas deben sortear para seguir operando. Si a esto se añade otras dinámicas naturales que enfrentan las empresas como el pago de nómina e impuestos, la situación del Covid-19 lo hace todo más difícil.
Ahora que existe el conocimiento y la experiencia que dejaron los desafíos de la primera ola de la pandemia, estar preparados es una obligación, más que una necesidad.
Para que esto ocurra, las pymes deben potenciar sus líneas de crédito. El problema radica en que además de tener altas cargas tributarias, no tienen fácil acceso a capital de trabajo, pues en muchas ocasiones, las entidades tradicionales les dan la espalda.
En Greensill son conscientes de esta realidad y por eso han otorgado más de $143 bn de dólares en soluciones de financiamiento justo, con el fin de que las empresas siempre estén en movimiento.
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